Debo pedir disculpas por todos los días que he desaparecido, pero es que mi servicio de internet es impredecible… de pronto se va y paso semanas sin el servicio, de la misma forma llega, sin previo aviso y sin pasar nada en especial, solamente veo la segunda lucecita del modem y sé que ha llegado el internet; bueno, estoy en Venezuela, en este país ocurre cualquier cosa inimaginable.

¿Les ha pasado que uno de los recuerdos más felices de su infancia es cuando su mamá les leía cuentos antes de dormir? A mí sí me pasa muy a menudo, y es que mi mamá cada noche me leía un cuento antes de irme a dormir, era muy satisfactorio, me encantaba y la mayoría de las noches hacía que me leyera más de un cuento, esa realidad fue hasta los 6 años, donde yo comencé a leer “corrido” y entonces comencé a leerle cuentos a mi mamá.

Actualmente soy yo quien le lee cuentos a mi hijo, y debo que es más emocionante que escuchar la narración del cuento, porque sé que a mi hijo le encanta y me satisface complacerlo. Lucas está en esa edad en la que no le gustan cuentos muy largos porque se aburre, entonces le leo muchos cuentos súper cortitos, de dos o tres párrafos cuando mucho.

Hoy vengo a hablarles sobre la más pura esencia de la lectura para niños, porque no solo es el hecho de que a las madres nos encanta leerles cuentos a nuestros niños y a ellos escucharlos, sino que detrás de esa práctica se esconden un montón de beneficios… estuve investigando acerca del tema y complementando la información con mi experiencia; así que los invito a acompañarme en esta entrada y a descubrir:

Sin duda alguna, esta es la razón más obvia y más común, pero en algún punto se nos hace muy importante, y es que si mi madre no me fuera leído cientos de libros cuando estaba pequeña dudo mucho que me gustara leer, y es que al crecer me molestaba leer, a eso de los 12 años… pero de un momento a otro recordé lo que me encantaba esos momentos en los que mi madre me leía cuentos, así que me aparté de las innumerables series de TV que veía y retomé los libros, si no hubiera vivido esa experiencia de pequeña, difícilmente leería de adulta.

Creo que en los niños una de las cosas más importantes que podemos fomentar como padres es la imaginación y pues es la mejor herramienta de la infancia, los ayuda a desarrollar la visualización y despierta la creatividad. Si hablo desde mi experiencia, puedo que decir que la lectura fomentó esa capacidad creativa para escribir, tan solo tenía 6 años cuando escribía obras para dárselas a mi madre cuando llegara de trabajar, creaba personajes increíbles… era lo máximo, una vez escribí un cuento sobre una princesa que se convertía en unicornio cuando se enojaba, era muy creativa.

Recuerdo que el momento antes de dormir en mi infancia era súper sagrado, primero mi madre me lavaba los dientes, luego me ponía la pijama y directo a la cama a leer cuentos… así no hubiera visto a mi madre en todo el día (porque era enfermera y trabajaba doble turno) yo sabía que de cualquier forma iba a tener a mi mamá a mi lado leyéndome un cuento y acostándome a dormir, creamos una relación muy sólida, tanto así que durante mi adolescencia era yo quien me iba a su cama y le contaba cada día todo lo que me pasaba y las cosas que me aquejaban en ese momento, creamos una relación muy fuerte como mamá e hija. Ahora con mi hijo las cosas son un poco parecidas, aun no consigo que mi hijo vaya a cepillarse sin hacer una pataleta, pero cuando lo consigo, le pongo a pijama con facilidad y le leo cuantos hasta que cae rendido… ya es una rutina, de hecho cuando no estoy desocupada a las 9: 00 p.m. comienza a desesperarse.

Desde que estoy leyéndole cuentos a mi hijo a diario (hace 6 meses) he notado que habla mejor, se le entienden mucho más sus pequeñas palabras y tiene conversaciones estables, aunque a veces no se le entiende nada, tiene conversaciones corridas y estructuradas, ya sabe pronunciar mejor sus palabras. La atención también es otro gran factor que no puedo dejar de mencionar, y es que mi hijo era realmente disperso, nunca estaba tranquilo y no lograba poner atención a nada que no fuera la TV… con los cuentos he logrado que se concentre más en las cosas que pasan a su alrededor, ahora está más tranquilo y cuando le digo “Lucas, escucha, por favor” realmente me escucha (no sé pero eso me parece un gran logro).

Recuerdo que siempre ponía muy en perspectiva el cómo reaccionarían mis personajes preferidos (como Ariel, La sirenita) ante ciertas situaciones que me aquejaban, y de allí lograba encontrar una solución más viable a mis “enormes problemas” de aquel entonces. También se genera un vínculo emocional con los personajes, que ayuda a los niños a identificar el cómo se sienten, el cómo expresarlo y sobre todo el cómo solucionarlo.

Queridos lectores, espero que les haya gustado esta entrada, me gusta poder hacer entradas como ésta en donde puedo dar un poco de luz con mis experiencias… y ahora también con las experiencias que tengo con mi hijo.