Ser Optimista

   Feliz y bendecido día amigos, Si ponemos atención al mundo que nos rodea veremos maravillosos milagros a nuestro alrededor sucediendo cada segundo. Pero a veces una simple noticia o una conversación con cierto personaje, todas estas maravillas pueden llegar a verse opacadas por la manera su pensar.    

Un ser pesimista: 

   Hace poco caminando pude escuchar la siguiente conversación, una mujer le preguntaba a otra: ¿Cómo estás? A lo que la otra le respondió: vamos a decirte que bien, para no entrar en detalles.” Un tipo de actitud derrotista ante la vida (como el ejemplo anterior) puede muchas veces puede ser la diferencia entre realmente accionar asertivamente ante la vida o tomar cada situación como un posible riesgo de desastre y fracaso. Solo depende de nosotros poder sentirnos en bienestar y paz con cualquier situación que nos ha tocado vivir. 

   Y ¿Quién no ha escuchado a una persona mayor diciendo: en mis tiempos no era así? Por su puesto que no lo era. Sin ir muy lejos, “ayer” es completamente diferente a “hoy”, hace una hora no es igual a este instante. A cada persona le toca atravesar circunstancias diferentes, pues cada uno vino por un propósito diferente.

   Vivir enfocados solo en noticias desagradables, llenas de tragedias, o pasar la vida quejándose de que la economía está peor, nos aleja completamente de todas las bendiciones que están a nuestro alrededor. 

Un Ser Realmente Optimista Lo más hermoso que yo he escuchado es a una niña respondiendo al famoso dilema:

   “Un vaso a la mitad, ¿está medio lleno o medio vacío?” a lo cual la niña responde en medio de su inocencia, que si está medio vacío es mejor, pues así se podría llenar. Semejante analogía de la niña me dibujó una sonrisa en el rostro al pensar que todos podemos llenar nuestro vaso, depende de nosotros llenar nuestro vaso con cosas positivas o negativas. Realmente fue la respuesta más optimista e ingeniosa que había escuchado.

   Siempre tomando en cuenta que las situaciones son las mismas, lo importante es si la vemos con una perspectiva de desaire o con una aptitud de esperanza.  

                              “Un pesimista ve la dificultad en cada oportunidad;

                                un optimista ve la oportunidad en cada dificultad”.  

                                                                                                   Winston Churchill

   ¿Pesimista u optimista?

   Se puede llegar a pensar en que no importa que uno sea pesimista u optimista, nada cambiaría nuestra situación o lo que vivimos, pero no es del todo cierto. La perspectiva que tenemos ante la vida cambiará la aptitud con la que la enfrentemos. 

   El Pesimista: Si una persona al levantarse, su primer pensamiento es negativo, de pereza o fastidio, y en el transcurso del día siente que todo a su alrededor está mal, se enfoca en el tránsito, en lo mal que está la economía, en que todos quieren algo de su persona. A esta persona se le verá normalmente con los hombros caídos y no responderá eficazmente ante todos los problemas que se le presenten en su cotidianidad.

                    Cuento: Un señor iba en su auto por una autopista y se le explota una llanta, se estaciona a un lado de la carretera a buscar el caucho de repuesto, una llave de cruz y el gato hidráulico para poder cambiarlo, cuando se percata que dejó olvidado su gato. Semejante problema perturbaba en exceso la mente ya perturbada de este señor. Pero decide ver a su alrededor y logra divisar a lo lejos una casa en una colina. Dirigiéndose hacia allá, pero en el camino a aquella casa, lo único que pasaba por su mente eran ideas como: 

-El señor no debe tener un gato, y si lo tiene, ¿qué posibilidades hay que se lo preste a un extraño?, no me lo va a prestar, quizá me grite, me diga que soy un irresponsable por no haberlo traído en mi auto. 

Así siguió hasta que llegó a la casa, tocó a la puerta, y abre un señor mayor que le pregunta:  -¿qué desea?, a lo que le responde: - Nada, es más, ya no me interesa su gato, puede quedárselo. Se dio la vuelta y se marchó. 

Así nos pasa cuando cargamos la mente con pensamientosnegativos, cuando llega el momento de reaccionar, lo hacemos de una manera que no logramos el efecto deseado.

   El Optimista: una persona se levanta y su primer pensamiento es de agradecimiento ante el nuevo día, piensa que tiene una nueva oportunidad para hacerlo diferente, saborea su comida, ve una tranca vehicular como una oportunidad de escuchar un audio libro, cuando ve una dificultad económica ve una oportunidad para proyectarse en otras ramas de su carrera. Esta persona normalmente se le ve con una mirada radiante, llena de esperanza, los hombros en alto y podrá responder ante la vida de una manera más dinámica y activa.  Este tipo de personas ve un fracaso como una oportunidad de hacerlo diferente y aprender algo nuevo.  

   Tendrá la mente abierta a nuevas maneras de enfrentar cada situación por la que atraviese.

   Si quieres saber si eres una persona pesimista u optimista, te tengo un ejercicio muy sencillo: mañana. Al levantarte, trata de recordar cual fue tu primer pensamiento. 

   Pero tranquilo, si descubres que eres una persona pesimista, te tengo buenas noticias, siempre y cuando estemos vivos, podemos cambiar. 

-Cada vez que venga un pensamiento toxico a tu mente puedes cambiarlo por otro, con una perspectiva diferente. Ejemplo: Si te levantas temprano y te molesta, en vez de decirte que te faltó mucho por dormir para descansar, piensa en todo lo que podrás lograr levantándote temprano.

-La mente es un musculo y podemos entrenarlo, solo necesitamos comenzar a hacerlo.

-Aléjate de las personas de mente muy negativa. Por más optimista que pueda ser una persona puede llegar a intoxicarse con una mente trágica.

Luego de unos pocos días notaras la diferencia y lo más probable es que se te comiencen a abrir puertas y ventanas, que nunca pensaste que se te abrirían. 

Gracias por tomarte el tiempo de leerme, espero tus comentarios. Hasta la próxima.