Concurso Cervantes: 1ª Entrega. "Aunque el tiempo no fuera a su favor"

Cuando Nieves se levantó aquella mañana de abril parecía que algo diferente ocurría, se miro al espejo y no pudo reconocer a la persona que tenia enfrente, era una señora de aproximadamente 75 años con cabellos blancos, ojos hundidos y muchas arrugas. Cuando cruzó la puerta ya no sabía su nombre, camino en su bata de dormir respirando más rápido y profundo, cada vez que contenía el aire abría bien grandes los ojos, en un intento por reconocer, llego hasta lo que parecía una cocina, se encontraba confundida y no sabia donde estaba, allí encontró una mujer que le parecía familiar, intentó pensar quien era y fracaso, se detuvo a observar a su alrededor intentando reconocer una voz, un nombre, el lugar y se sintió desesperada. Intentó salir de ahí y la mujer en la cocina le dijo ¿mamá a donde vas sin cambiarte? Nieves no respondió y se detuvo nuevamente, pensó en lo que había escuchado ¿era esa su hija? ¿Cómo era posible no poder reconocerla? ¿no la recordaría?

La mujer la tomó de la mano y la regresó al cuarto, en silencio nieves seguía pensando. Y se le vino un nombre familiar a la cabeza, pronunció palabra y preguntó ¿dónde está Pedro?, quizás el podría ayudarla a recordar quien era y que hacía en ese extraño lugar. A lo que la mujer respondió, mi papá no está, murió ya hace ocho años. Aunque no podía recordar a Pedro escuchar aquello le causó una gran tristeza. La mujer la abrazó y le dijo que se tomará su medicamentos, le paso una vaso con agua y dos pastillas, Nieves se quedo observando las pastillas y a la mujer ¿Qué le estaba dando? ¿podría confiar en aquella mujer?. Dejó caer el vaso de agua y la desesperación la invadió, caminó de nuevo al espejo y se acordó, supo su nombre, la memoria le cayó como una nube de imágenes histéricas, y supo quién era, su pasado, recordó a sus tres hijos, Pablo, Juan y Rosa que la acompañaba. La tristeza y el miedo se apoderaron de ella, recordó la muerte de su esposo y el día en que el neurólogo la diagnóstico con alzheimer.

Así transcurrían los días de Nieves, cada vez era más progresiva su enfermedad, un día no recordaba si comió, otro día si se estaba levantando o apenas iba a dormir, si estaba en el lugar correcto o porque su esposo no estaba acostado a su lado, veía fotos y no podía recordar el nombre de quienes veía a su alrededor, si recibía visitas no los reconocía, si comía al rato quería volver a comer porque no lo recordaba.

Para ella el tiempo se detuvo, era como si las imágenes mezcladas del pasado y el presenté se estuvieran derritiendo en su memoria un día se encontraba en el pasado junto a su familia esperando que su esposo regresará del trabajo y sin entender quien estaba en su casa, otro día entendía todo lo que estaba pasando donde la soledad y el miedo la invadían para ella no existía un futuro, sus días transcurrían sin forma de poder mejorar, solo el amor y la paciencia de sus hijos ayudaban. Aunque el tiempo no fuera a favor de Nieves.!!

La obra de Salvador Dalí para mi explica como se derrete el tiempo mientras van pasando los años, me pareció un muy buen ejemplo enfocar mi relato en las personas que sufren de alzheimer en las cuales a medida que avanza su enfermedad pierden la noción del tiempo.

Espero que les halla gustado...

Concurso patrocinado por el witness @cervantes. No te olvides de votarlo en la siguiente página: http://www.steemit.com/~witnesses