Amor incondicional

No quiero caer en el típico post que se podría esperar en una fecha como la de hoy y no tiene que ver con mi situación sentimental que por cierto es fantástica sino porque no encuentro mayor amor sin esperar nada a cambio que la de nuestros amigos peludos que a pesar de que en el caso de mi querido Noel llora incansablemente en búsqueda de salir a pasear, comer o incluso cuando busca cansar sin más es una compañía de esas que cuando te falta añoras y lo descubres cuando sales de viaje por trabajo o por el hecho de desconectar y al volver sientes cómo lo has echado de menos, por cierto no se si es recíproco porque es dejarle en una residencia canina y al reencontrarse conmigo ni caso, encuentras esa parte salvaje de tu amigo que parece no salir en casa y ahí te das cuenta que en esos centros sale su parte animal.

Siempre he tenido amigos peludos, desde mi adolescencia hasta el día de hoy y a pesar de esos duros momentos en los que por ley de vida nos dejan creo que es una experiencia enriquecedora en la que sientes su amor por nosotros, en la que sientes cómo saben cuando necesitas un mimo o simplemente cuando te sientes regular de salud y siempre se acercan a saber de ti, es como un sentido extra en el que se ponen en tu piel y saben cómo te sientes.

Hoy por hoy y por circunstancias tengo dos grandes compañeros de vida de esos que no quieres que dejen de estar ahí a pesar de las responsabilidades que recaen sobre uno al tenerlos, sobre los gastos que suponen y sobre todo el trabajo que dan a veces pero no encuentro un sólo detalle para arrepentirme de esta tarea, durante mucho tiempo si que debo decir que sientes cierto remordimiento porque las horas de trabajo diarias no se las puedes dedicar y deben esperar a mi llegada para comer o salir a pasear pero de alguna forma es cómo que lo entienden y se hace aún más fácil tenerlos en casa.

No molestan, se hacen un fantástico hueco donde a veces crees que no lo hay en espacios tan pequeños como el de un piso de no muy grandes dimensiones, son educados, tranquilos, limpios no mucho, hay que darles un baño de vez en cuando porque si algún defecto tienen es que no se preocupan lo más mínimo por mantenerse inmaculados.

Un consejo no os puedo dar pero sí os aseguro que no he encontrado a lo largo de mi vida a día de hoy un amor tan incondicional como el de los perritos con los que he compartido el tiempo que la vida nos ha permitido, sin intereses y sin decepciones que quizás sea la parte más importante en una relación a largo plazo.