When we are children, there is nothing that gives us greater peace of mind than when our parents are safe.
A little later in life, we are always looking for something (work, studies, hobbies) or someone who will make us feel that tranquility, that serenity.

When facing conflict situations it is very common to seek contact with the natural to relieve a little tension and think, from the natural tranquility, much better things.

This behaviour of looking for nature to make us feel calmer I don't know exactly what it is, but maybe it has something to do with that behaviour of when we were children of looking for the shelter of mother earth to feel a little more secure.

Or perhaps this exclusive contact with nature is for the purpose of distancing ourselves from everything technological that surrounds us, bringing as a consequence the awakening of that instinct -sometimes primitive- of our ancestors who were most probably in better communion with nature and with themselves.
More than half of our body is composed of water, perhaps it is not so absurd that idea that arises in some moments of wanting to disappear by evaporating.

There is hardly a moment in our lives when we have felt safer than when we were floating in the amniotic fluid in our mother's womb, moments when we most certainly did not even know that the dangers existed...

But, we're adults now.

Things have changed.

This is a literary exercise inspired by the digital art of @xpilar. I hope you enjoyed it.

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Cuando somos niños no hay nada que nos genere una tranquilidad mayor que la que sentimos cuando estamos resguardados nuestros padres. Ya un poco más avanzamos en edad, siempre buscamos algo (trabajo, estudios, Hobbie) o alguien que nos haga sentir esa tranquilidad, esa serenidad.

Al enfrentarnos a situaciones de conflicto es muy frecuente buscar el contacto con lo natural para aliviar un poco las tensiones y pensar, desde la tranquilidad natural, mucho mejor las cosas.

Esa conducta de buscar la naturaleza para sentirnos más tranquilo no sé exactamente a qué se deba, pero quizá tenga algo que ver con esa conducta de cuando éramos niños de buscar el cobijo de la madre tierra para sentirnos un poco más seguros.

O quizás ese contacto exclusivo con lo natural es con la finalidad de distanciarnos de todo lo tecnológico que nos rodea, trayendo como consecuencia que se nos despierten ese instinto -un tanto primitivo- de nuestros antepasados que muy probablemente estaban en mejor comunión con la naturaleza y consigo mismo.
Más de la mitad de nuestro cuerpo está compuesto por agua, quizá no sea tan absurda esa idea que surge en algunos momentos de querer desaparecer evaporándonos.

Difícilmente haya un momento de nuestra vida en el que nos hayamos sentido más seguro que cuando estábamos flotando en el líquido amniótico en el vientre materno, instantes en el que muy seguramente ni siquiera sabíamos que los peligros existían…

Pero, ahora somos adultos.

Las cosas han cambiado.

Este es un ejercicio literario inspirado en el arte digital de @xpilar. Espero que lo hayan disfrutado.

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