Hola amigo lector.

A lo largo de nuestras vidas -instintiva y sabiamente- nos damos cuenta que todas las experiencias que tenemos son una percepción, un fruto de nuestra manera de pensar y un aprendizaje más allá de la forma en la cual las catalogamos. Todo lo cual nos hace ver que...

El Mundo es cambiante.

En términos de nuestras experiencias y percepciones, lo que hoy parece malo, puede que no resulte tan malo mañana, y viceversa, lo que hoy parece bueno, puede que no lo sea tanto en el día de mañana. Entonces...

¿Significa esto que no hay cosas buenas ni malas?

Yo no he dicho eso, lo que sí digo es que existen hechos que no podemos cambiar, factores que en ocasiones escapan a nuestra comprensión y control, pero respecto a los cuales, podemos mejorar nuestra percepción y entendimiento. También digo que existen situaciones y eventos que parecen muy buenos, positivos o favorables inmediatamente, pero analizándolos posteriormente en función de los factores extenos que les afectan, pueden resultar todo lo contrario (y viceversa).

¿Qué podemos hacer ante esta circunstancia?

Todo lo mencionado forma parte de la incertidumbre natural del mundo, de la vida y de las cosas, y lo mejor que podemos hacer es: Adaptarnos y aprender. Con esto me refiero no solo a que debemos entender que todo tiene una parte negativa y una positiva (algo así como el yin y el yang de los Chinos) sino que además, debemos aprender de las circunstancias -más allá de la impresión que las mismas nos dan en el momento presente- y actuar en consecuencia. Todo lo dicho, nos indica también que debemos aceptar que estamos en constante y eterno aprendizaje y por esa razón, conviene mantener una actitud humilde (o una postura no arrogante) en la vida. Pero sobre todo, nos enseña que...

Hay que asumir la realidad.

La realidad bien puede catalogarse como algo subjetivo, pero sea como fuere que la cataloguemos, quizás la mejor postura sea la de asumir que el mundo es un lugar lleno de conflictos, de problemas por resolver y debemos tomar decisiones racionales y calculadas en base a circunstancias que tienen puntos positivos y negativos. Aquellos que así lo hacen, suelen ser (en general) los mejores tomadores de decisiones y quienes terminan alcanzando exitosamente sus metas en la vida. Y es que asumir esta concepción de la realidad nos permite...

Superar los miedos y restricciones.

Una nueva y mejor comprensión de los eventos y circunstancias que nos suceden en la vida y en nuestro camino al éxito (sea cual fuere la definición de éxito que tengamos) nos hace superar nuestros temores y limitaciones, nos llena de un optimismo realista (por denominarlo de alguna manera) y nos permite triunfar ante situaciones que de otra forma no nos sentiríamos capaces de afrontar.

Reflexiones adicionales.

Entender que todas nuestras experiencias y la manera en la cual las catalogamos son -en general- el resultado de nuestras percepciones y concepciones del Mundo, nos permitirá adaptarnos mejor a las circunstancias, y nos facilitará además tomar mejores decisiones (más fríamente y con objetividad) ante eventos que paralizarían a la mayoría de las personas.

En general, lo que catalogamos como la realidad de las cosas, es algo fundamentalmente subjetivo, fruto de nuestras experiencias y percepciones del Mundo y del Universo, no obstante, paradójicamente debemos tratar de afrontarlo de la manera más objetiva posible a fin de lograr mejores resultados en todo aquello que nos propongamos en la vida (llámese salud, prosperidad financiera, amor, o cualquier otra meta u objetivo que nos hayamos planteado).

Los seres humanos estamos generalmente acostumbrados a percibir o ver el tiempo y las situaciones en función de una linealidad, y resulta ser que todo -o casi todo- es fundamentalmente relativo, no absoluto y (en vista de ello) debemos entender que nuestros temores y certezas son fundamentalmente dos caras de la misma moneda, nosotros elegimos (consciente o subconscientemente) la cara de la moneda que determinará en líneas generales nuestras circunstancias particulares y nuestra asunción de la realidad.

Hay que aceptar que existen eventos y circunstancias que afectan la naturaleza de aquello de deseamos o anhelamos, pero debemos hacerlo de una forma positiva, realista y optimista, de manera que nos motivemos y orientemos a la acción efectiva y no nos quedemos anclados en la inacción por el miedo o el pesimismo. Espero te haya gustado el post de hoy.

¿Y tú qué opinas? ¿Consideras que asumes la naturaleza de los eventos que te suceden de la manera más positivamente posible? No olvides comentar...

Hasta la próxima.

Artículo escrito por José Quintana.
Autor y redactor del Blog Emprendiendo e Invirtiendo.