Marginalidad

Muchas veces hemos escuchado el término "al margen de eso" para definir algo que está fuera de un tema circunstancias o situación. También nos imaginamos este término en relación con algunos grupos de seres humanos. Con aquella minoría que, por diferentes razones, ha cambiado la moral por los antivalores, el amor por el resentimiento, la verdad por la mentira, la honestidad por el oportunismo, el trabajo por la delincuencia, la sencillez por la pretensión, la sabiduría por la fanfarronería y la paz por la violencia. Tales son los grupos de personas que viven en situaciones de marginalidad.

Muchas son las consideraciones que se desprenden del término "marginal". En principio, quienes viven en situaciones de marginalidad, unida a pobreza crítica y miseria, afirman que su condición se debe a la carencia de recursos económicos que les permitan acceder a mejores niveles de vida. Quienes no viven de esta forma, señalan que la marginalidad es un problema de mentalidad limitada de quienes se encuentran en tal condición. Es probable que ambas cosas sean ciertas, pero la pregunta sería si, real y necesariamente, la marginalidad es producto de la falta de dinero o de la desorientación y la falta de educación y reflexión.

Las personas marginales conviven dentro de modelos que juegan a afianzar la frustración, tales como la violencia, el machismo y el rencor hacia una sociedad que, en algunos casos, no es responsable del estado de miseria en que ellas se encuentran. También se dejan arrastrar por la alienación personal.

Empecemos entonces a solucionarlos, sin esperar a los demás. Estudiemos, esforcémonos y trabajemos. Actuemos.