Pobres
Siempre hemos sido pobres, pero pobres que comíamos, pobres con trabajo digno, pobres con café en la mañana. Pobres con muchos hijos e hijas, y nietos. Pobres, pero con una familia a la que diariamente se nos escapaba unas carcajadas.
La primera hija de Diocelina “chelina” nació en Tía Juana, en el estado Zulia, ella recuerda que al parir sentió un inmenso dolor y no sabía el porqué. Ahora le pasa lo mismo que en aquellos tiempos, siente un dolor castigador y no sabe el porqué.
Cada mañana a Chelina le acompaña su artritis, en las tardes su hambre, y en cada noche el miedo. Ella dice que el malandro bueno no habita la zona, pero los vestidos de negro pueden llegar a cualquier hora a golpearle, a robarle su sueño, y a gritarle sin razón.
Ellos en el comedor popular, se miran mientras comen sin hablar, esperan la oración de bendición en el almuerzo y la brillantez del plato que llega y se devuelve con ellos. Ellos siguen solos, escuchando voces..., escuchando angustias.
Sabes… Ellos pronto morirán, sin sus nietos, sin sus hijas e hijos. En la urna del cartón podrido, y con la mano de Dios. Con la pobreza que les caracteriza y que siempre les acompañó, la que le dio su humildad. Uno de sus nietos fue asesinado por la delincuencia organizada de la seguridad del estado, y su sobrino médico en Chile, laborando de vigilante en una tienda de ropa. La pobreza del siglo XXI, en la revolución de muerte, arruinó el mayor logro del venezolano, la familia popular, el abrazo y la bendición al oído.
Escrito por Jhon A. Romero.-
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fridakahlo (68) 5 years ago