Destellos de sonrisas y fe
Mi mirada, es la de un soñador que a lo lejos ve reflejos de esperanzas. Cuya reflexión infinita, es la búsqueda incesante de la pregunta mordaz. Somos tu y yo, o, nosotros y ellos, es el país que Baudelaire encontró para su amada. El tulipán, el arte perfecta de la naturaleza, el orden del desorden. La sonrisa de la tranquilidad está a una cuadra de tu casa, o tal vez a tres cuadras. Camina por la senda perdida de la utopía, allí encontraréis incertidumbre, es decir; motivos para seguir caminando.
Creo en la oración de un niño, porque se hace desde la transparencia. Una voz inocente que galopa a la velocidad del querer, y gravita en la pureza y la felicidad; ese espacio minúsculo que viene y va, a ratos y a veces.
Soy de esa religión que tiene una fe inquebrantable, la que prescinde de un Dios para comprobar la existencia. Aquella que se ordena entre los humanos y practica sus hábitos, pesadeces y alegrías. En sí, soy de un mundo que obliga llorar, cantar, beber, disfrutar, por razones infinitas. Soy humano hasta el último respiro.
Gracias y amén por los niños que disparan en mí destellos de sonrisas.
Escrito por Jhon A. Romero.-
Un honor @goya