Las fotografías fueron tomadas en la primera noche que pasamos en la playa de Anare, estado Vargas durante el mes de Mayo del 2018, la modelo es mi amiga Alexandra Guilarte, quien se anotó a un viaje de playa para celebrar mis veinte años. Una experiencia muy divertida, donde encontré en la espontaneidad momentos maravillosos.

En estas fotografías, la única fuente de luz (además de la de la caída del sol, claro) es la de un farol de calle, por eso ese tono naranja y fuerte sobre Alex, al igual que en las olas que se pintan un poco de la luz amarilla de estos bombillos, cuando veo la fotografía y la estudio al suceder esto me doy cuenta una vez más e las posibilidades de la luz reflectante, y que el objeto es objeto como lo conocemos hasta que la luz blanca golpea sobre él, pero que podemos realmente llegar a jugar con la forma y los conceptos cuando la luz nos pinta, literalmente, algo de manera completamente distinta a cómo lo conocemos.

Creo que lo que quiero decir con todo esto es: atrevanse a ver distinto y a conseguir lo maravilloso en las supuestas imperfecciones, allí está la magia y nuestra verdad, en la completa oscuridad donde debemos inventarnos nuestra propia forma de ver.