Comedy Open Mic Espanol Ronda # 15 - Amor en Tiempos de Crisis

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Estoy harto de la crisis, harto del socialismo y sus miserias. Si no fuera por él, no estaría escribiendo mis vergüenzas a cambio de un premio que luce inalcanzable (no porque sea malo en esto, para nada, es que mi humor es digamos, distinto). Piénsalo, ¿Qué ser humano en su sano juicio confesaría cosas como las que diré a continuación sin estar borracho y sin un justo premio a cambio?

Tú, estimado lector, ¿confesarías que olvidaste la última vez que tuviste sexo? No, por supuesto que no. Ningún hombre que se respete diría a los cuatro vientos “Oye, ¿sabes qué? No he fornicado en 6 meses, 54 días, 3 horas, 45 minutos y 30, no mentira, 40 segundos”.

Nadie lo hace, por una buena razón, las mujeres cuando lo saben piensan “oye, si lleva tanto tiempo sin nada de nada por algo será” alejando así cualquier remota posibilidad de abrirle las puertas (una analogía bastante obvia para piernas) a este servidor.

Y no es que sea feo, en serio, no lo soy (o al menos eso dice mi madre). Estoy golpeadito y flaco, pero, ¿quién no lo está en este país?, tampoco es que sea mala gente (o eso creo), es que simplemente el sexo es un lujo. Me explico.

Volvamos atrás, recordemos los remotos tiempos donde esto era un país, ¿lo recuerdas?, ¿recuerdas aquellos tiempos lejanos, casi bíblicos, donde ir al cine era común? La cosa funcionaba así, cosas más, cosas menos. Uno conocía a la prospecto, tanteaba el terreno, entablaba conversaciones y notaba sus respuestas. Si mientras hablaba contigo, jugaba con su cabello y se humedecía los labios, tenías una buena oportunidad, así que te lanzabas, invitabas al objetivo al cine, comprabas cotufas para ambos, y una vez allá, con suerte NO MIRABAS la película.

Luego del cine, dependiendo de tus posibilidades económicas y la respuesta del objetivo pasabas a la fase dos, la cena. Siempre he sido un poco tacaño, así que prefería la opción “asquerositos”. Es decir, la invitaba a comer perritos calientes en el carrito de elección, escogiendo el que diera mejor relación precio/producto/calidad. Si ella comía pepitos, full salsa y no se llenaba de salsa, esa era la elegida. Eso sí, prestaba especial atención en la salsa de ajo, en esos casos, por más sabrosa que sea, la evitaba, por si acaso.

Fase Tres. Alcohol. Dependiendo de nuevo de la capacidad económica y la personalidad de la elegida me decidía entre discoteca, café, tasca o botiquín. En mi caso, prefería la tasca (me gustan los boquerones a la vinagreta, ¿algún problema?). Entonces, iba con la dama en cuestión a una tasca con olor a viejo, jamones falsos colgando y música en vivo, buscaba una mesa algo alejada del escándalo de los malos músicos, en adecuada penumbra y seguía el asedio. Bla, bla, bla cerveza pa allá, cerveza pa acá. Bla, bla, bla, ¿Te dije que tienes unos ojos bellísimos que por alguna razón me parecen ligeramente desenfocados?

Fase 4. La hora de la verdad. Muchas cervezas después, con la vergüenza hace rato ahogada en el alcohol, las hormonas tomaban el control. No has sido rechazado explícitamente, has observado miradas cómplices, ambos saben cuál será el próximo paso y NINGUNO comió salsa de ajo. Es un momento crítico, un error y habrás enterrado para siempre tus posibilidades, un mal gesto, una palabra mal medida y todo se irá al garete. Hay miles de formulas para llevar con éxito la situación, en mi caso, confieso que no soy una autoridad para darles consejos al respecto, para ser sincero, 8 de cada diez veces la cagaba.

Pero en fin, si lograba el objetivo me dirigía al motel de elección, (bueno, bonito, barato) y el intenso trabajo previo obtenía un merecido premio.

Ah pero ahora las cosas no son así. Saquen la cuenta, ¿quién puede ir al cine, comer en la calle, beber en una tasca, comprar condones y de ñapa, pagar motel? Si puedes, felicitaciones, yo no.

Entonces, se van bajando costos. Ya no hay cine, hay película pirateada. Las cotufas ahora son caseras (si tienes aceite o margarina para prepararlas) y los asquerositos se sustituyen por una arepa con sardinas o perico. ¿Cervezas?, ¿acaso eres de la nobleza? Cocuy o guarapita de vaina, sí y solo sí la prospecto en realidad te mueve el piso. ¿Motel? Bueno, ahí no hay nada que hacer, aunque es recomendable buscar una dama que viva sola o que su marido trabaje todo el día. Y que no coma salsa de ajo.

Entonces, después de todo este mal artículo explicando la dificultad de tener sexo en condiciones creo que estamos de acuerdo que hoy en día el sexo es un lujo. De hecho, lo asumí hace tiempo, tener sexo hoy en día es como comer Nutella, hacer parrilla o viajar; algo posible pero sumamente costoso y que seamos honestos, muchas veces no vale la pena pagar. De hecho, hasta hace poco ni lo necesitaba, no señor, no era feliz pero al menos no estaba tan atormentado como ahora. Estaba tranquilo en mi soledad, hasta unas semanas atrás no necesitaba fornicar. Estaba en paz conmigo mismo, extrañamente satisfecho, ajeno a esos bajos instintos de la carne, pero entonces para terminar de joderme la vida, al maldito gobierno se le ocurrió bloquear las páginas porno.

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Este es un texto supuestamente cómico, no tiene relación alguna con la realidad ni las opiniones expresadas acá son las del autor, en serio, créanme, tampoco estoy tan grave, no necesito entrar a una página porno para desahogar mis bajos instintos, para eso existe ThePiratebay y el Torrent, al menos aún no están censurados.

Postulo a @adncabrera y a @elfranz