En la Introducción a la Estética de las Sociedades Antiguas en Venezuela, su autora Lelia Delgado, trata de problematizar en hecho de encasillamiento de las creaciones aborígenes bajo un concepto de arte occidental, bajo el tratamiento estético europeo, en este sentido, critica como en el contexto actual la escaza investigación en al ámbito de la estética ha infravalorado la modos de creación y consumo estético de la sociedades antiguas.

Asimismo, su reflexión comienza a partir de la colonia, cuando fueron aplicados lo conceptos estéticos occidentales para darle valor a las producciones materiales aborígenes, asimismo, bajo la idea de la universalidad del arte, los objetos encontrados pasaron a ser tratados e incluso comercializados como objetos artísticos exóticos, es decir, lo objetos arqueológicos, fueron trasladados de un sistema de producción u otro sin atender a su carácter o función, el choque cultural no solo atendía a diferencias sociales sino a como el llamado “Nuevo Mundo” era trasladado a la modernidad abruptamente en un sistema mercantilista.

En este sentido, las definiciones occidentales del arte, no son pertinentes ni aluden a las creaciones aborígenes, puesto que las sociedades antiguas desarrollaron componentes estéticos en su práctica social, en donde no solo incluían la sensibilidad sino además aspectos mágico-religiosos, políticos, entre otros. En este orden de ideas, bajo el concepto de arte prehispánico, históricamente se trato de incluir los fenómenos estéticos de las sociedad antiguas al arte occidental, lo cual es erróneo, puesto que las culturas aborígenes desarrollaron practicas estéticas muy diferentes a las occidentales, en tanto que, ellas necesitan un estudio independiente que las diferencie.

Por otra parte, a partir de las vanguardias artísticas se comenzó a hacer nuevas definiciones del arte muy contrarias a las concepciones clásicas, éstas nuevas definiciones ponían de manifiesto la problemática de definir tanto el arte así como también saber que distinguía a una obra de arte, al respecto la problemática que se plantea acerca de lo que debe o no debe ser una obra de arte, está basada en el hecho de que no existen propiedades estéticas comunes en las obras de arte, en este mismo sentido, una definición única e inmóvil del arte es un inconveniente al tratar de aplicarla a las creaciones aborígenes.

Con respecto a lo anterior, Lelia Delgado plantea que es un peligro catalogar como artístico los objetos que en su momento desempeñaron otras funciones sociales, por lo tanto, su estudio debe ser realizado bajo el contexto de cada cultura acompañado de una valoración formal, plástico, cromática, temática y simbólica de los fenómenos estéticos del pasado, esto quiere decir, que las creaciones aborígenes deben tener una concepción estética diferente a la occidental, atendiendo a su propio contexto.

En este mismo orden, las criterios de valoración estética dependen de los del contexto sociohistórico, es decir, los componentes estéticos son el reflejo de la práctica social, son singulares a cada cultura y nacen a partir a partir de la relación empírica de los hombres con la naturaleza, el conocimiento y los hábitos adquiridos, es decir, sus preferencias y aversiones dependerán en parte del habito y en parte del sistema productivo, es decir conciencia habitual y conciencia social, por lo tanto, para la autora el estudio de la estética de las sociedades antiguas debe tener en cuenta que cada sociedad se expresa estéticamente de manera singular.

Por otra parte, en lo concerniente al arte prehispánico en Venezuela, son pocos los estudios que se han encargado de analizar la estética aborigen en Venezuela, solo se han acercado de manera antropológica y arqueológica, se pueden distinguir dos etapas iniciales, la primera atribuida a los cronistas europeos del siglo XV y XVI y viajeros del siglo XIX, ese periodo es mas especulativo e interpretativo que objetivo, sin embrago se obtuvieron importantes datos históricos, de este periodo no se conocen documentos que traten del arte. El segundo periodo, más descriptivo, es atribuido a los investigadores del siglo XIX, cuya característica fue el estudio antropológico del hombre bajo las ideas positivistas europeas.

Sin embargo, es estudio planteado por Delgado toma como referencia, los antecedentes en Venezuela con respecto al arte, realizaos a partir de los años 40,50, y 60, en los primeros toma en cuenta la ubicación y la temporalidad de los hallazgos, mientras que en los demás existirá una preocupación por explicar los procesos sociohistóricos más que un simple coleccionismo de objetos.

Al respecto, Delgado no concuerda con el concepto de Arte prehispánico y prefiere adoptar el termino Arte Primitivo, puesto que Arte prehispánico se hizo a partir del ideal estético occidental, lo cual supone que el arte de los sociedades primitivas es una etapa previa, es decir, antepone el proceso de desarrollo lo cual deja al arte primitivo como poco evolucionado, esto no responde al hecho de que las diferentes civilizaciones de América tenían diferentes niveles de desarrollo social y que en casos como la cultura Maya, Azteca o Inca, los niveles de desarrollo podrían ubicarlas en sociedades avanzadas, por lo tanto es erróneo ver su arte bajo el concepto occidental. Para la Autora, los componentes estéticos de la práctica social de nuestras sociedades antiguas, se insertan en la historia social y no en la historia del arte.

Asimismo, el arte de las sociedades antiguas, tiene toda una serie de características que lo distingue de los conceptos de arte occidental, en este sentido, desde la manera en que fueron realizados los objetos, hasta el por qué de su realización, conlleva a estudio detallado de su estética, para ello es necesario plantearse, la relación entre belleza utilidad, y la utilidad con lo mágico. Es decir, todo un estudio acerca de la importancia de la fabricación de los objetos en cuanto a su utilidad y al sentido estético, por su parte la relación existente entre un objeto de utilidad mágica y como algo útil puede tener una concepción estética, asimismo el desarrollo de la practica social en cuanto al trabajo de elaboración y la técnica empleada para tal fin.

En conclusión, partiendo de las consideraciones de Lelia Delgado, para realizar un estudio eficiente de la estética aborigen, es necesario reconocer los fenómenos estéticos tomando en cuenta la historia y la estructura social, es decir, no se puede separar los fenómenos estéticos de los procesos históricosociales, es necesario, contextualizar en cada caso la situación real de la sociedad en que se desarrollo tal fenómeno estético, dejando de lado las concepciones estéticas y artísticas europeas que no aplican al caso.