S.O.S Venezuela, el arte también muere.
El arte es vida y, en Venezuela, si se dispara al pianista.
Duré años creyendo que mi voz -y la de muchos- era escuchada en cada callejón y bajo mundo artístico de Caracas, que en cada tubería resonaban prosas y que las alcantarillas burbujeaban con cánticos de poder y liberación hechos por seres que idealizan una Venezuela colorida, con melodía y equilibrio... pero viví una fábula todo este tiempo.
No digo que fui inocente (estoy consciente de todos los problemas que nos aquejan) pero si fui estúpido. Para "set the record straight" o, aclarar la cosas: no soy ni de izquierda ni de derecha (como aquella canción de "Muerto en Choroní").
El arte no se está involucrando en cosas que implícitamente tienen que tener pilares de disciplina y maestría. Algo tan prodigioso como ser parte de una institución militar establecida para proteger y defender el pueblo que te dio casa, un nombre, un plato de comida y un futuro se ha convertido en una burda sátira bananera sacada de una obra de George Orwell.
Y lo detesto.
Mucha gente lo acepta: "son vestigios de que se viene una nueva época donde el arte no tiene un lugar y nos devolvemos a la era cavernícola, como fuimos en un inicio" pero...
Hasta los cavernícolas pintaban en las cuevas sus vivencias diarias, ¿por que yo no puedo escribir o pintar como me siento en una era de más posibilidades y menos oportunidades de morir despedazado por un un depredador de 3 metros?.
Porque ahora se ha modernizado. Aquí en Venezuela no debes temerle a un depredador de 3 metros sino a 40 personas con armaduras, pistolas, bombas, gases lacrimogenos, tanquetas y ganas de dañarte que no desistirán nunca en proteger sus ideologías porque, siguiendo una tradición, sus padres tampoco lo hicieron. Ellos son "machos", no les importa asesinarte con tal de recibir comida embolsada que no es producida en tierras venezolanas, con mano de obra caribeña y joropo ameno.
Aquí tomarán años para restaurar la sensibilidad acerca del arte porque la pobreza de las aptitudes (y, obviamente, la pobreza general) se crea desde las raíces de la sociedad pasiva.
Estoy dispuesto a aportar mi grano de arena en hacer surgir a Venezuela y luego, al mundo hispano-hablante en cuestión de arte y voz de voto. Se que no estoy solo y que muchos increíbles artistas están allá afuera creando y aportando, desde mi cucurucho: ustedes son los verdaderos valientes.
