Cuna de Oro - Historias hechas versos #4 (Historia venezolana - La otra cara de la moneda)

Música para ambientar. Reproducir antes de leer el post.

Cuando se tiene todo, pero tus amigos sufren, es difícil vivir en paz. Esta es una de tantas historias que trascienden el Este venezolano donde los lamentos no sobrepasan los muros acomodados de riqueza y buena vida que muchas casas erigieron.

6 de mayo, 2017. Caracas, Venezuela. En Chacao, una joven de 19 años observa las noticias a través de su teléfono inteligente, en cierta parte se siente insegura, pero a la vez se siente a salvo; ¿Quién iba a poder entrar en una casa con más de 3 sistemas de seguridad y varios empleados rondando la misma? Se sintió horrible al pensar esto, pero era la verdad. No fue su culpa nacer en una cuna de oro.

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¡Sofía! ¿Cómo estás? Esto es urgente
¿Recuerdas a Josué? El muy inteligente
Estudió con nosotros, el que usaba lentes
Estaba en una protesta y de forma inclemente
Un guardia nacional le disparó frente a frente
Lo llevaron al hospital, pero sin signos vitales
La mamá está llorando, está lleno de fiscales
Vamos a ir todos para allá a acompañarle
¿Será que podrás ir? Es algo muy importante
¿Dónde estás? ¿Dónde podemos buscarte?

La joven petrificada observa el teléfono; no puede creer lo que pasó. Ese mundo nunca la había tocado de cerca pero ahora la había tomado del cuello.

Defiendo a mi Venezuela, pero tengo miedo
Sé que esta es mi era, pero esto es nuevo
Nunca había salido más allá de mi zona
Y por eso mismo tengo miedo por mi persona

No soy inhumana, si siento por los demás
Pero me asusta el hecho de que algo me pueda pasar
No quiero asustar a nadie, mucho menos a mis papás
Todo lo que veo no tiene ni principio ni final

Esto es injusto, ¿Por qué no podemos vivir tranquilos?
Siempre el mismo caos, siempre viviendo en martirio
Las madres lloran por sus hijos perdidos en las calles
Jóvenes héroes, libertadores de zapatillas y de cables

Pobre Josué... siempre me ayudó con mis tareas
Ahora se fue por estar defendiendo a nuestra Venezuela
Por defenderme a mi y a todos nosotros sin pena
Por un plato de comida para su hermana para la cena

No tengo la culpa de haber nacido en cuna de oro
Mis padres trabajaron muy duro por sacarnos del lodo
No sufro las penurias de los que luchan codo a codo
Aun así, me compadezco…
No crean que no lo siento…

Me arrincona la duda, agazapada en mi cuarto
Esta noche saldré a luchar por los que están hartos
Dejaré atrás lo material y mis dudas en los zapatos
¡Es Venezuela, carajo, por lo que todos luchamos!

Sofía ya no tiene miedo.