Soldado de la adversidad
EL día a día de un venezolano no es fácil y buscar los medios para sobrellevarlos es toda una travesía sin fin aparente. Decidir peregrinar por paramos desiertos, montañas de basura, aulas vacías y pupitres desmantelados es una experiencia que parece predestinada solo para aquellos que no tienen más opción que vivirla y formar parte de este juego macabro y malvado, sin reglas ni mediadores; solo jugadores que apostando la vida de otros disfrutan de lujos y ganancias a costa de aquellos cuya única posesión es su propio ser.
Buscar entre tanta maldad gotas de agua o granos de arena es como buscar una aguja en un pajar, solo que esta vez la aguja fue violada y secuestrada y el pajar hecho una pila de cenizas tan oscuras como el reflejo de quizás nuestras almas auto enceguecidas de realidad.
Entre momentos de pequeñas charlas con pequeñas personas, divagaciones y anécdotas populares y como todo clásico venezolano: “sin luz” el arte decidió agregar de forma amena un condimento que cubrió las amarguras de inocentes seres que perdidos y abandonados a la deriva de la política y una sociedad corrupta fueron dejados.
Una escultura en una escuela de mi ciudad cuya historia comienza con el proyecto de una promoción de grado intervino un día de la semana a las 2 de tarde y paso a ser el modelo a plasmar, el modelo escrudiñado, el modelo a dibujar.
Este ángel, este soldado de la adversidad retratado de forma vivaz bajo líneas y manchas de luz y sombra vislumbrado por un gran árbol y con un par de niños, consiguió asentar y mantener un vínculo entre los meros pensamientos espontáneos de mis manos, el grafito y el papel; pensamientos que evocaron momentáneamente el porqué de mi decisión, el porqué de la felicidad del instante, del porque la inocencia, creatividad e imaginación permanecen en estado latente dentro de los jóvenes corazones de las personas que continúan y forjan sus caminos.
Las adversidades deben ser luchadas y el campo de batalla no tiene nombre ni apellidos, nuestras herramientas vienen en todas formas y tamaños, nuestras convicciones e ideales son puestas a prueba minuto a minuto, y nuestra voluntad reafirmada segundo a segundo.
Ofrecer en gesto de amabilidad una mano, nuestro tiempo, conocimientos y experiencias puede no ser la solución más eficiente; pero considero forma parte de algo más grande cuyo potencial y verdaderos frutos aun están por ser cosechados. Mientras tanto, el tiempo dirá… y nuestras decisiones traerán consecuencias, quizás aprendamos a vivir con ella, quizás no; pero de algo estoy seguro: nací par ser un soldado de la adversidad.
Y como siempre esperando que...
¡Seamos una luz!
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don.quijote (69) 6 years ago