Recordando el pasado y agradeciendo entre líneas las lágrimas y las lecciones aprendidas

Tiempo sin recordarte, sin pensar en ti.

Ayer mientras miraba las estrellas que adornan mi techo pensé en cuánto llanto provocaste sin saberlo. Fue hace mucho tiempo, cuando éramos solo unos niños, inocentes y enamoradizos. Sé que no fue amor, lo que sentí por ti no fue más que una ilusión, una que dolió. Ha pasado el tiempo, pero puedo recordar que llore por ti y por todos esos sentimientos que nunca fuiste capaz de sentir hacia mí.

Me gustabas y en aquellos días yo solo deseaba que me quisieras como yo te quería. Pero todo terminó patas para arriba y en el camino deje de quererme a mí misma. Fue sin querer, dudo que tuvieras la intención de lastimarme, puesto que ni siquiera volteabas a mirarme. Sé que fue mi culpa pues yo, en mi inocencia, te di el poder de lastimarme. Y fue así, por esa razón, como sin saberlo, golpeaste justo en mi Talón de Aquiles.

Me ignorabas, jamás mirabas hacia donde yo estaba. Pero a las demás, a ellas siempre las observabas. Eso fue un golpe duro y directo a la poca confianza que aún habitaba en mí. Mi confianza iba menguando mientras yo solo podía llorar por ti. Fue después de un par de años, cuando tomamos caminos separados y desapareciste, que hice un control de daños y descubrí que había perdido toda la confianza que habitaba en mí.

Fue mi culpa, no la tuya. Fui una tonta en aquel momento pero ya aprendí y no debo meter la pata, al menos no como lo hice cuando estaba loca por ti.

Por un largo tiempo pensé que quererte había sido un error atroz pero no es tan así. Pues si no hubiese perdido la confianza aquella vez, quizá no me quisiera tanto como me quiero ahora. Sé que sin saberlo me heriste en su momento pero siento que eso fue, en parte, lo que después me ayudó a ser más fuerte y a aumentar mi amor propio.

No me arrepiento de haberte conocido, ni de haberte querido sin tú saberlo, ya que con el pasar de los años y a raíz del pasado, aprendí a quererme como nunca antes me había querido.

Gracias a ti y a tu gran risa por la que un día caí, esto fue para ti.