De salón de clase a estudio casero

Hace unos cuantos post hablaba sobre mi trabajo, un secundario en el cual doy un taller de canto y guitarra a adolescentes dos veces por semana.

Como estamos cerca del fin de año escolar, comenzaron los viajes de fin de curso, fiestas y campamentos, por lo tanto son pocos los estudiantes que asisten. Dadas las circunstancias, me veo obligado a planificar actividades un poco fuera de lo común con respecto a lo que hago semana a semana.

El secundario no cuenta con una infraestructura que destaque, las prestaciones para hacer actividades se reducen al ingenio de cada profesor. Viendo que objetos y artefactos tenía disponibles para usar, me topé con un micrófono prácticamente nuevo que alguien había donado un par de meses atrás.

Como solo una alumna concurrió, y con ella nos hemos presentado en varios encuentros musicales, se me ocurrió hacer una jornada de grabación. Tomé prestado el ordenador de la biblioteca (que para mi suerte tenía el audacity) y el micrófono; me mudé a un salón apartado del resto y armé una estación de trabajo improvisada para intentar grabar una canción con ella.

Al no contar con un mixer, interface de audio o internet; me vi obligado a “mezclar” a la vieja escuela: el micrófono en su soporte y experimentando la proximidad entre la cantante y yo que acompañé con la guitarra, así encontrar el punto justo donde la “mezcla” sonara al menos equilibrada. Todo en una sola toma. Luego de un par de intentos lo logramos.

El resultado fue muy bueno, obviamente, considerando lo improvisado que fue, las dos horas que teníamos disponibles para hacerlo y que la estudiante era la primera vez que se enfrentaba a una grabación.

Me encantaría que en todos los secundarios hubiese una estación de trabajo para que los alumnos que sepan tocar algun instrumento y cantar puedan grabarse. Sería de gran ayuda para los que no tienen la posibilidad de pagarse un estudio de grabación profesional. Podrían aprender a grabarse con pocos recursos y formar una base desde la experiencia para luego, si les gusta, adentrarse en el fabuloso mundo del audio.

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