Una despedida.
Este es un relato, muy parecido a la realidad, lo tengo en mi inconsciente. Tal vez me haya sucedido en una vida anterior, o tal vez soy vidente y puedo ver mi futuro. Pero lo que si sé, es que la única forma de darle expresión a esto que tengo en mi alma es transmitirlo por medio de la escritura.
Estas son las palabras de Ignacio Ruiz en el funeral de su esposa.
El hombre tenía la mirada espesa, y la voz granulosa, andaba vestido de blanco, a pesar de su edad que aparentaba como unos 85 años, pero debido a la pesadez de su rostro en sus ojos se veían muchos años más vividos. Su franela era blanca como el algodón con un cuello en V manga larga. Sus pantalones también eran blancos con filo debido a lo perfectamente planchado que estaban. Y lo que más me llamó la atención de este hombre fueron sus zapatos, era de gomas como los que usan aquellos que concursan en los juegos X games, este hombre se levanto afincando toda su fuerza en bastón de acero que llevaba consigo. Le pidió a todos los familiares presentes que guardaran silencio, y sacó entre su bolsillo una hoja, con una letra impecable que antes de ponerse a leer buscó en su bolsillo derecho unos lentos con montura negra y comenzó a leer aquellas palabras que me quedaron entre ceja y ceja.
Estas palabras las comencé a escribir cuando me dijiste que ya te había llegado el momento, amada mía fueron 60 años que tuvimos juntos, tantas peleas, tantas indiferencias pero aún así en medio de todo esto tanto amor.
Esta carta no es una muestra de mis palabras para con nuestros familiares que están presente, esta carta es una muestra para demostrar que aún estarás en mi. ¿Cómo despedirme? ¿Cómo olvidarme de ti? - Estas en mi mente, aún tengo tu esencia, y por si fuera poco aún te tengo para mi.
Hoy caminé esa calle que tanto tiempo caminábamos juntos, y me hicieron falta tus chiste, tus dudas y lo también me hizo falta aquello por lo cual me quejaba tanto de ti que eran tus inseguridades, ya no quiere caminar más por allí; los árboles que me encontré de paso me preguntaba por ti. Y al darles mi respuesta, me respondían así es la naturaleza.
No sé que me irá a decir nuestra cama hoy, cuando no sienta tu peso, cuando no sienta tu silueta débil y llena de brillo; espero que tu almohada no me reproche nada, cómo cuando te acostabas sobre mi pecho y yo te decía, es hora de que te voltees por que tengo mi brazo dormido. Y tú te volteabas agitando los brazos en forma de queja pero a la vez dormida.
Ya no quiere otro amanecer para mi, porque siempre me esperabas despierta sobre tu almohada iluminando mi vida con tus ojos color miel, que nunca perdieron lo radiante que eran.
Esta es mi despedida, entre nosotros nunca hubo mentiras porque cuando comencé a mentir me decías, te conozco tanto que cuando mientes tus orejas se ponen rojas; yo por mi parte lo dejé de hacer eras mi vida, eras mi amor. Y solo tengo algo por esperar y es que llegue para mi aquella que solo me hará reunirme contigo
P.D. Puede ser una historia real, ni yo mismo sé, puede ser tan retórico como literal esta historia que hoy cuento
Simplemente maravilloso. Poco mas que decir, solo leerlo ya llega al alma. Gracias por compartir, el equipo Cervantes apoyando el contenido de calidad.
Saludos @sancho.panza Gracias, Gracias siempre tratando de aportar lo mejor para esta maravillosa comunidad.
Si, está votado. A veces pongo el comentario y lo voto directamente , a veces comento y tardo en votar, a veces comento y lo paso para que te lo voten mis jefes con mayor recompensa , como ha sido el caso de este post.
Gracias, gracias, gracias Totales.
es hermoso
¡Gracias!
Maravillosa despedida y sutil bienvenida a la muerte...
¡Gracias! y así mismo es.