Relato: La voluntad de Anaís.

equipodelta (69)in GEMS • 4 years ago (edited)

Todos los días Anaís se sentaba cerca de la ventana a contemplar el anochecer, mientras observaba la luna aparecer entre las montañas, ella soñaba con tener alas y poder llegar hasta allí.

Anaís no podía caminar, sus piernas eran muy débiles para soportar el peso de su cuerpo. Padecía de una rara enfermedad que los médicos no sabían catalogar, pues solo atacaba el calcio de sus rodillas.

Anaís deseaba tanto, tanto caminar, su realidad era imposible según sus médicos. Intentarlo era un riesgo muy alto, pues podría sufrir de la rotura de alguno de sus huesos.

La joven Anaís, no dejó que el dolor físico penetrara en su corazón y fracturara su voluntad. Ella encontró desde su ventana una verdad muy grande que le brindaba una gran fuerza interior. Pues así como llega la oscuridad y con la noche se espanta el Sol, llegará la luna radiante con su esplendor y cuando la Luna se ausentaba, siempre había una estrella que brillara.

Podía apreciar con más detalle, que en la ausencia de la Luna, el Sol y en plena oscuridad, las estrellas brillaban aun más.

Ella se convenció que si existe alguna ley universal, que dentro de toda oscuridad hay luz, que dentro de toda esperanza perdida, también hay una fuerza positiva, que con desearlo y materializarlo, de alguna manera, podría alcanzar lo que ella quisiera.

Cierta noche Anaís observando la Luna, se cuestiona sobre sus doctores, ¿quiénes son ellos para dejarnos sin esperanza alguna?. Y en su cuarto con mucha dificultad, logró pararse en sus dos pies, más cerca del ventanal, imaginó que las estrellas brillaban muy cerca de ella. Por varias noches ella repitió esa hazaña, su madre, que la observaba a escondidas y habló con los médicos dos días después al verla parada en sus dos pies.

Volvieron a examinarla, hicieron nuevos estudios, el cuerpo de Anaís había entrado en un proceso recuperativo y poco a poco fue recuperando la fuerza de sus piernas. Todo gracias a su fuerza de voluntad.

A veces las personas siembran pensares en nuestras mentes, diciendo continuamente que no lo lograrás o que no puedes hacer algo. Anaís no dejó de volar con su mente y proyectarse pese a todo. Por fin ella se encontró frente a la Luna parada en sus dos pies, demostrándole a todo aquel, que no tiene la última palabra ni poder, sobre el destino de un ser.