Soy millonario, eres millonario, pero vamos hacia la pobreza - Lunes motivacionales #1

¡Un alegrísimo saludo para todos!

   Éstos últimos días no he estado publicando con la regularidad que me gustaría, pero la razón es una renovación y organización de mí como usuario de steemit y del contenido de mi blog. Pero pronto irán viendo de qué se trata todo eso. Por ahora, les presento ésta nueva serie de artículos en la que voy a compartirles cada lunes un post con lo más bueno que tengo (en cuanto a contenido motivacional) con la intención de que todos empecemos cada semana con un buen mensaje y las mejores ganas. Así que sin más que alargarme, los invito a acompañarme en éste nuevo camino para que cada lunes despertemos temprano sintiéndonos indestructibles. Los dejo con el primer post de «Lunes motivacionales» y espero lo disfruten.

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Soy millonario, eres millonario, pero vamos hacia la pobreza

En incontables ocasiones habremos escuchado que todos somos ricos por tener una vida qué vivir y que ello es nuestra mayor riqueza, y estoy de acuerdo con eso. Sin embargo, en ésta ocasión yo vengo a hablar de números, de cifras. Aunque, al igual que en la definición de «riqueza» de allá arriba, mi definición de «millonario» tampoco tiene que ver con dinero. Más precisamente, quiero que ésta semana tengan en mente más seguido de lo normal el valor de su tiempo, ya que éste es una fortuna que con frecuencia descuidamos.

   Hace poco estaba en un entorno agradable y disfrutaba mucho del momento. Pero de un instante a otro, noté que realmente esos momentos estaban siendo muy valiosos para mí, y fue entonces cuando impacté contra un paradigma un tanto tétrico pero también tan fuerte que me inspiró: me voy a morir. ¡Me voy a morir! En ese momento pensé: «Guao, esto está siendo tan genial que qué sorprendente es que un día simplemente no podré disfrutar de momentos así. Un día simplemente ya no podré ver, no podré tocar, no podré moverme, no respiraré, no oiré, no sentiré, no tendré conciencia para saber que ya no vivo y perderé acceso a todo lo vivido, sentido y pensado.»

   En un par de meses voy a cumplir 20 y entonces habré vivido 630.720 millones de segundos fuera del vientre de mi hermosa mamá, y no me haré más joven de ahí en adelante: se me irán agotando cada vez más los millones de la fortuna que poseo y que también tú posees llamada tiempo. Mis hermanos cada vez tienen más hijos y parecen más viejos, y aunque yo sea el menor, ello ya no se siente como «el pequeñito de mamá», porque todos dejamos de ser niños. Mis amigos también están gastando sus millones, a algunos los conozco desde muy niño y ahora a algunos les tapa la cara una barba, y seguro en el próximo «parpadeo paradigmático» que tenga ya tendrán hijos.

   Ciertamente pensar en la muerte y en cómo pasa de rápido el tiempo y la vida es algo tétrico y nostálgico. Para algunos puede ser un arma de doble filo, pues pensar que al morir no tendremos conciencia de nada de lo que hicimos en vida (haya sido grandioso o patético) podría quitarle sentido a las cosas. Sin embargo, yo lo veo como una gran herramienta y una gran oportunidad para tomarme más en serio las cosas, las relaciones, los planes, las metas. «Si nada va a importar al morir, ¿qué sentido tiene esforzarse por hacer algo grandioso?» Sólo esa pregunta es lo que no tiene sentido. Si nada va a importar, no importa. Ahora todo importa, y eso sí importa. Mejor hacer algo grandioso que luego no importará que algo patético que luego no importará: ambas cosas no importarán, pero una de ellas fue grandiosa.

   Todos poseemos una gorda fortuna de millones de segundos, pero nuestro auge ya pasó, y ahora estamos en declive. Así que antes de que nuestra fortuna llegue a cero y quedemos en la pobreza, hagamos algo grandioso que valga la pena ver cuando en nuestros últimos segundos nuestra vida pase ante nuestros ojos. Empecemos con ésta semana: demos lo mejor de nosotros desde hoy lunes hasta el domingo, y luego repitamos. Sonriamos si así lo queremos, enfurezcamos si así lo queremos; amemos, odiemos, lloremos, callemos y expresemos lo que sentimos y pensamos si así lo queremos, pero que ésta semana sea nuestra, y compartamos lo nuestro con todo el que nos rodea.

   A veces pienso que mis artículos son fantasiosos e inocentes de una mente joven, pero, ¿quién puede decir qué es una fantasía y qué no? Feliz lunes, feliz semana.

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¡Eso ha sido todo!

Mis sincerísimas gracias por tomarse el tiempo de llegar hasta éste punto de la lectura. Ojalá la hayan disfrutado tanto como yo al escribirla.

Si les gustó el artículo pueden seguirme para disfrutar de más contenido como éste cada vez que publique una nueva entrada.

Les deseo a todos lo mejor en ésta semana que inicia y,

¡nos vemos pronto!

Elieser Urbano.