Detrás del Bisturí. Novela. (2)

in #spanish7 years ago

Café en la Bata - Capítulo 2

Mientras caminaba con nerviosismo pude identificarme en la entrada del hospital como un aspirante al cargo de médico interno. El portero: un hombre alto, de facciones afroamericanas de gran contextura física, calvo y con un chistoso bigote me dijo:

  • “¡Adelante Doctor!, Piso 4, a la derecha en el salón de conferencias”; con una voz gruesa y amable, mientras decía para sí mismo en voz alta cuando por la puerta pasaba “Este año sí que hay aspirantes”.

Por supuesto, ese último comentario no fue algo que hubiese querido escuchar, pero me había preparado en las últimas semanas para repasar lo que se supone que debí aprender en 6 años, sonaba hasta un poco crédulo cuando lo pensaba vagamente sobre mi cabeza, pero intentaba darme un poco de ánimos.

Entré por el sector de planta baja donde se ubicaban los consultorios de un ala del edificio y del otro el acceso a la cafetería, servicios de radiografía y ascensores. Miré mi reloj que marcaba las 7:30 am y decidí girar a la cafetería mientras se hacían las 8:00 am (hora del examen) por un café para aliviar un poco la ansiedad. No duré mucho tiempo, apenas pude recordar que pagué con tantos pensamientos en mi cabeza; y mientras subía las escaleras de la cafetería para incorporarme al pasillo principal pude ver cómo me cruzó por al lado una hermosa chica delgada de estatura mediana, de cabello largo y liso, de piel morena como la miel, de ojos café cubierto de tan peculiares lentes. Creo que en ese momento en que vio mi expresión anonadada con mi boca semiabierta hizo un gesto de risa que me desconcentró tanto que tropecé uno de los últimos escalones y mientras intentaba equilibrar manché mi impecable bata blanca con el café que tenía en la mano.

  • “¡No puede ser! Justo lo que me faltaba”. Dije de inmediato mientras me veían algunas personas que me preguntaban si estaba bien.

Subí el ascensor pensando en cómo disfrazaría esa increíble mancha que afortunadamente estaba del lado del muslo derecho y podía cubrir temporalmente con una carpeta donde traía mi currículo. El ascensor se detiene en piso 2 y entra un colega conocido que de inmediato realiza el gesto de saludarme con su mano derecha, pero que rápidamente intercepté y ofrecí la izquierda para no mostrar la bochornosa mancha. Pude ver un gesto de confusión en su cara cuando nos cruzamos las manos sin estrecharlas bien.

  • ¿Vienes a presentar el examen José?

Luego de confirmarle y confesarle lo nervioso que estaba, se abrieron las puertas en piso 4. Cruzamos a la derecha y frente al salón de conferencias una multitud de batas blancas (podrían haber superado fácilmente los cuarenta) con carpetas y a la espera se sumaban para competir por los 12 cargos ofrecidos.

Apenas pude exhalar un gesto sorpresivo de silbido cuando justo al lado de mí uno de los especialistas más importantes del Hospital: el Dr. Guerra, médico internista y especialista en cuidados críticos, jefe de la emergencia y coordinador general de los médicos internos pasó rápidamente para ubicarse en el medio del pasillo y exclamar:

  • ¡Permítanme un momento de su atención! Pasen al auditorio mientras dejan en la mesa principal las carpetas y se ubican en sus puestos.

En ese momento me quería exprimir el café de la bata para bebérmelo de inmediato. Pasamos al salón de conferencias en fila india, una sala de tamaño mediano para discusiones de casos médicos, exposiciones y algunas conferencias tanto medicas como administrativas. Mientras cada uno de nosotros dejaba su currículo en la mesa y se sentaba en una silla con una hoja blanca al frente podía ver cómo muchas caras eran conocidas, incluso amigos que por el tiempo y lo rápido de todo apenas pude saludar desde lejos.

Era increíble el solo pensar que el día de hoy mis amigos de estudio en la universidad se transformaran ahora en mi competencia laboral, y que, aunque en el fondo deseara que todos quedáramos, lo que mi instinto natural y darwiniano de subsistencia me decía era que yo quedara. Son cosas que no te enseñan en ningún lado… pensaba mientras sentado miraba como el Dr. Guerra entraba con el último aspirante, miraba el salón y yo me escondía muy sutilmente con la mano, la mancha que muchos de los demás ya se habían percatado.

IMG-20170127-WA0007_resized_20170923_092035564.jpeg

Relato y Foto por: @drmaizo

DQmXooRBNfJ5DVzm1RPhtjSJYVWV4MEM1EasSNCe7kF5y6e_1680x8400.png

3.jpg

Sort:  

Pero que mal que ensuciara su atuendo, pobre Doc, tuvo que estar muy estresado por eso, y para rematar muchísimos médicos para presentar la prueba. Espero que pueda ingresar como médico interno, aún no se puede acabar esta novela.
Saludos Doc.

Si, todo un desastre su primer día en el Hospital. Pero no te preocupes @marpa; aún queda tela por cortar ;)

Es común que cuando uno tiene algo importante, llene su ropa de algo. Cuando estaba en el colegio siempre me manchaba con crema de dientes .
:P

Jajaja solía sucederme bastante en el colegio a mi también.

Buenas tardes @drmaizo
Habrá que leer el siguiente capítulo para saber si esa mancha de café sobre el blanco inmaculado de la bata tuvo o no efectos negativos en el proceso de selección.

Hola @don.quijote. Seguro te habrán gustado los siguientes capitulos. Y vienen más jajaj. Saludos

Coin Marketplace

STEEM 0.17
TRX 0.16
JST 0.029
BTC 75243.81
ETH 2872.09
USDT 1.00
SBD 2.49