SAGUNTO: PUERTA DE CULTURA Y GASTRONOMÍA

Sábado 27 de enero. Hoy, sale el sol. Por lo menos en la tierra del Mediterráneo. Aunque el aire es frío no nos impide salir a descubrir una de las mayores riquezas que tiene mi ciudad: su castillo. El Castillo de Sagunto. Aunque yo suelo visitarlo bastante a menudo con alguna que otra excursión del colegio, hacía años que no pasaba toda una mañana caminando por los restos de este magnífico castillo. 

Recuerdo que, de pequeña, mi tía, la pequeña de los hermanos de mi padre, nos organizaba excursiones a todos los primos. El castillo de Sagunto siempre era una buena alternativa que hacía que nos adentráramos en grandes aventuras y dejáramos volar nuestra imaginación. Mi tía Cristi era la tía favorita, sin duda. Siempre estábamos deseando que sacara tiempo para coger su renault 19 gris y marcharnos donde ella, previamente, había decidido. Me encantaban esos momentos. Mi hermana y yo junto con los demás primos siempre lo pasábamos genial. 

Gracias tía, gracias por aquellos momentos tan especiales. Todos deberíamos tener personas así durante nuestra infancia y que no se marcharan nunca. 

Recuerdos, eso es lo que me viene a la memoria cada vez que piso el castillo. 

Esta vez, con grata compañía, dedicamos toda la mañana en recorrer cada parte del castillo, adentrándonos en lo que una vez fue. No hice muchas fotos ya que me dediqué más a observar, sentir y ver cómo mi acompañante disfrutaba del momento también. 

Sagunto es una ciudad llena de historia. Plagada de restos arqueológicos romanos e íberos, museos por doquier, la gran conocida Via Augusta a la vista de los que lo deseen... Sin duda, un lugar histórico que pocos conocen. 

Sagunto a mis pies. Lugar con gran oferta cultural y gastronómica. 

Visita con grandes vistas. Una familia de gatos medio linces acostumbrados a las personas deambulando por el lugar, foro romano, torre de Hércules, teatro romano desgraciadamente rehabilitado, muralla, el mar tan lejos y tan cerca a la vez, la famosa puerta de Almenara siendo restaurada, pozos, rincones que pudieron ser cuadras o tiendas en su día...

13:45 horas. Un despertar bastante tempranero hacía que a esas horas necesitáramos buscar un sitio donde comer. 

Sitio elegido: El GastroDuc. Un restaurante saguntino que llevaba tiempo queriendo probar.

Mesa para dos. Cerca de la barra. Un pequeño lugar regentado por unos jóvenes ya premiados. 

Vermouth Descaro para él. Nestea para ella. Ahora tocaba elegir. 

Está claro. Los platos premiados no pueden faltar. 

Empecemos...

Piruletas de Foie caramelizado. Un pequeño plato de gran intensidad en la boca. 

Gambas en las Pedroñeras. Plato premiado con un tercer puesto. Una gran combinación de sabores. 

Croquetas muy caseras de jamón. Él lo sabe, no pueden faltar. 

La patatas bravas de Sergi Arola. Unas bravas con unos toques diferentes, sin duda. 

Bocata Gua Bao relleno de Chop Suey de secreto ibérico. Muy bueno y con pistachos.

Taco Indio. Con cuidado no tenga la especia que no me va nada bien. Ha habido suerte. Un bocado delicioso. 

El plato estrella: El Huevo Sorpresa. Os invito a ver el vídeo en la cuenta de @dresden y comprenderéis el por qué del nombre. Sin palabras. 

¿Pedimos algo más? Venga, a darle caña al asunto. 

Para rematar pedimos lo siguiente no si antes pedir algo más de beber al camarero que junto su compañera y los cocineros que teníamos a escasos dos metros nos estaban amenizando la comida. 

Perrito Hot Duc. Si se ve bien, de sabor os podéis hacer una idea. Sencillo pero directo.  

Habitas del Señor Alfonso. Lleva morcilla en la salsa. Y vino, Anabel. De ahí la botella como plato. Pues tienes razón. Siempre aprendiendo de un paladar un tanto más exquisito que el mío. 

¿Pedimos postre? Y café para mí, por favor. Largo y con hielo. 

Un Pijama un tanto particular. ¿Por qué? Porque es un pijama versionado totalmente. Un postre que, cuando era pequeña, se ponía en todos los bautizos, comuniones y bodas. ¿Y de dónde proviene dicho postre? Vamos a buscarlo.

• Postre llamado PIJAMA. 

Café y cortado. Cuenta por favor. Propina, sobre todo, por la amenización durante la comida. 

Toca descansar que por hoy, ya vale.