Amor De Infancia - Parte I - Los Niños También Aman

¿Que es el amor?

No quiero referirme al cliché que se ha representado como amor, si no mas bien al verdadero amor, ese que se puede sentir en cada vibrar de tu ser, ese amor al que no le importa cuan difícil sea su florecer, surge como la mas bella de todas las rosas…

Dejenme contarles mi historia de amor, el amor de mi infancia…

¿Que puede saber un niño sobre el amor?

Mucho, realmente ¿quien podría amar mas que un niño? Un alma inocente que no posee ni el mas mínimo rastro de malicia en su ser, un niño es una persona que posee la infinita capacidad de amar, es lo único que sabe, sus instintos básicos, y el mas fuerte de todos estos, es el amor.

Esta es la historia de mi primer amor…

¿Quien diría que estando en preescolar (kinder), una niña habría ocasionado una atracción tal que inclusive a mas de una década de diferencia, un fuerte amor?

Pues eso es lo que personalmente a mi me ocurrió…

Tendría si acaso 5 años de edad, a punto de entrar a la escuela (primaria), cuando llega a mi salón de clases una niña a la cual llamaremos Sidney, ella era preciosa, blanca, pequeña, un cabello negro como la oscuridad misma que contrastaba con la blancura de su piel… Y sus ojos… Imposible describirlo…

De niño solía sentarme lejos de ella, mirándola en la distancia, cada vez que Sidney volteaba yo apartaba mi mirada, fingiendo que la observaba como un idiota… Pero… Era solo un niño, ¿está justificado no? Pues no, porque hasta mis 18 y 19 años, aún hacia lo mismo, la veía pasar y ocasionalmente le dirigía una que otra palabra, pero solo eso, y ese momento ocasionaba felicidad suficiente para no parar de sonreír durante todo el día…

Volviendo a la infancia, al terminar el preescolar, nos separamos, o bueno, me separé, pues ella quizás ni siquiera notaba mi existencia… Entramos a escuelas diferentes y únicamente la veía muy de vez en cuando, casi nunca, cuando pasaba cerca de mi casa, donde acostumbraba igualmente verla de lejos, pero ya no desde mi asiento, si no desde la puerta o ventana, buscando un punto donde ella no pudiese verme… Así fue hasta cuando entré al liceo (colegio), por ciertos motivos durante la escuela fui adelantado un año, lo que significaría que jamás volvería a estudiar con ella, ya que estaríamos en grados diferentes… Pero eso no quita el hecho de que en el segundo año del liceo, la volví a encontrar…

Mas bella que nunca, dulce, hermosa, su piel aún brillaba de blancura, de hecho, lo hacia mas que nunca… En el patio del liceo me sentaba (tal y como cuando eramos niños) en un banco lejano a ella, donde le pudiese ver mientras hablaba con sus compañeras de clases, aún sin el valor para hablarle… excepto por algunas ocasiones (muy pocas), donde le hacía alguna pregunta estúpida para disimular que le quería ver mas de cerca.

El bachillerato…