Niños que lloran bajo un terremoto de verdad y hombres llorones que crean terremotos de mentira

Esos niños llorando bajo el terremoto en México... Si estamos en un mundo global, pues que sea global de una vez, ¡coño! Ya está bien que nos inventemos autopistas digitales tan sólo para que fluyan los grandes capitales de un bolsillo a otro, pero no para paliar las carencias en infraestructuras, en Educación, en vacunas y Sanidad, en solidaridad, en cuidado de los niños que vagan solos como inmigrantes sin padres, niños que son abusados en mitad de los caminos hacia un primer mundo que sólo lo es para velar por quienes tienen tarjeta de crédito con cuenta bancaria...

(Foto obtenida en el blog sanarte.cl. De un artículo sobre cómo ayudar a los niños a manejar el estrés tras el terremoto)

En mi país, hombres que lloran como niños se están inventando terremotos de mentira. Quizá porque en España apenas hemos vivido en siglos un terremoto grave o una verdadera catástrofe natural. Vagamos como anestesiados en el paraíso. Y mucho más en Málaga, donde vivo yo. Este septiembre soleado que promete ya un otoño en manga corta, a pesar de que esto no es el Caribe (ni tiene sus huracanes) te hace creer que no está pasando nada grave en el planeta. Y quizá por eso los problemas cotidianos se sobredimensionan, aunque no sean tales. Y quizá por eso hay que inventarse problemas donde no los había, como la necesidad urgente de separarse de España ahora mismo que tiene la mitad de los políticos catalanes.
Siento vergüenza de cómo estos señores y señoras le lloran al resto del mundo. Se manifiestan llorones como si fueran ciudadanos oprimidos, aunque disfrutan de las bondades de una democracia europea consolidada y un clima templado y sin demasiados sobresaltos en el sur de Europa.

(Imagen de Málaga vista desde el Parador de Turismo de Gibralfaro. Foto by enforex.com. Escuela para Ejecutivos)

Pido perdón desde este batiburrillo de país en que se ha convertido España por nuestra propia culpa a quienes sufren de verdad en las regiones pobres del mundo, y a las minorías perseguidas como los musulmanes rohingyas (una de las minorías más perseguidas del mundo http://www.abc.es/internacional/20150512/abci-rohingyas-migracion-indonesia-malasia-201505111741.html) a los cristianos perseguidos en Siria, Sudán u otros países; a quienes piden libertad y democracia real en Venezuela, a quienes se han quedado sin nada en todo el Caribe de verdad y en Florida tras el paso de los últimos huracanes Irma y María, etc. , a quienes siguen siendo expoliados en África, a las niñas secuestradas y torturadas por los fanáticos islamistas de Boko Haram, a quienes son apresados o ajusticiados por sus ideas o por ser homosexuales o simplemente distintos a la mayoría... Pido perdón a esos niños que han sido enterrados y a los desenterrados del terremoto en mi querido México, a sus familias... Pido perdón por la frivolidad primermundista de tantos llorones y lloronas que, ensimismados, creamos problemas de mentira para sentir la adrenalina de un problema real que, a la hora de la verdad, no soportarían.