Hoy soy la hechicera,
la que domina tus sentidos,
la que busca la mezcla perfecta hasta tus manos,
quien te piensa al lado de mi caldero olvidado.
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Ingredientes perdidos en el calor de tu cuerpo,
que obligan a mis manos a palparlo todo,
miento a mi mente para que no reconozca la razón,
ese real motivo que aún no confieso a viva voz.
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Es tu mente el paso a la biblioteca perdida,
son tus labios la suave sensación
y este corazón quien me obliga
a dejar de ser un pilar indestructible de pura razón.
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Momento amargo es aquel que me obliga,
aquel que miente sin pensar que conozco el motivo,
aquel que vive de engaños
y no reconoce ser de mi vida el coautor.
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Y he aquí lo que esta hechicera conjuró,
entre un día de milagros y de sorpresas,
esas que me llevaron a crear la poción,
esa que hoy se nombra como amor.
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_{Nota: Los separadores son de mi autoría. Contenido original publicado en varias redes con el mismo nombre de usuario.}