Había una vez una niña que si creía en su príncipe azul, soñaba despierta con él cuando fuese lo suficientemente mayor él estaría ahí a su lado cuidándola siempre, protegiéndola, amándola, compartiendo una vida juntos. Ese era su más apreciado sueño.

Todas las noches, miraba por la ventana le pedía a la luna que la topara con su príncipe azul su mamá le leía cuentos de hadas todas las noches antes de ir a dormir, siempre al terminar le preguntaba si ella encontraría a ese príncipe azul al que ella tanto imaginaba. Siempre soñando despierta.

Una mañana de primavera bajo corriendo de su habitación para salir al bosque y disfrutar del sol junto con su amigo inseparable Tonny, él era un oso de peluche marrón siempre estaba con Elena en todas sus aventuras y la acompañaba cada noche.

Ese día recorrieron todo el bosque, entre risas, baile, la pequeña Elena cantaba con emoción jugando todo el día con su amigo Tonny, oliendo el aroma de las flores, observando el revoloteo de las mariposas, oír el cantar de los pájaros a su alrededor, sintiendo en su rostro la brisa fresca en todo momento.

En el bosque ella se sienta en el piso lleno de flores un hermoso paisaje con su amigo tonny, comienza hablar con él, ella le describe como era su príncipe azul él ya sabía de su amado príncipe azul, porque en sus sueños de niña se lo había dibujado, sus ojos, su boca, su sonrisa y su voz que le susurraba al oído todas las noches que si creías en ella que ibas a estar ahí a su lado. Su príncipe azul siempre soñaba despierta de crecer convertirse en una mujer y encontrar ese verdadero amor.

Ya casi al atardecer se recostó de un árbol para tomar aliento para llegar a casa, luego de estar todo el día con Tonny jugando en el bosque, su mamá siempre le dijo que tenía que estar antes de las cinco para cenar con sus amados padres, ella era muy obediente a lo que le decía su mamá.

Esa noche al estar sola en su habitación le cuenta a la luna su aventura en el bosque de lo increíble que la paso junto a su amigo incondicional Tonny.

Al día siguiente su mamá le recuerda a la pequeña Elena que en un par de días ella estaría de cumpleaños su mamá le va hacer un gran pastel de color rosa, para celebrar su cumpleaños número diez, después de esperar por un par de semanas por fin ese día tan esperado por Elena llegó, al soplar las velas su mamá le recuerda pedir un deseo ella mira fijamente el pastel y pide su deseo.

Esa noche en su habitación le pide a la luna que ya tiene edad suficiente que por favor le prometa que su príncipe azul iba a estar con ella que siempre la va a cuidar, amar y respectar.

Ya han pasado los años, esa niña pequeña ya creció, ya es toda una mujer en su noche de boda recuerda esos días hablando con la luna ella le susurró al oído que le iba a cumplir su deseo.

Ya se había cumplido su deseo de niña, tener a su lado a su amado su príncipe azul ese hombre ideal al cual siempre soñó despierta que iba a estar ahí amándola, respetándola y sobre todo a su lado para vivir una vida llena de amor.

Su príncipe azul era todo lo que ella había esperado, le daba flores en cada cumpleaños, celebraba cada día estar juntos con ella salían a cenar una vez a la semana su amor iba creciendo cada día que pasaban juntos.

Al pasar dos años de casada y vivir los mejores momentos de su vida junto a su amado esposo. Una noche él regresa un poco pasado de tragos la levanta de la cama muy rápidamente la lleva de la mano por el corredor la empuja, le grita que no es lo suficientemente mujer para él, llegan a la cocina entre golpe y grito.

Así paso un año más, entre golpes y maltratos, Elena siempre trataba de mantener la casa limpia todo en orden de cocinar todo el día lo que a su esposo le gustaba para no hacerlo enfurecer. Un día el regresa más temprano de lo habitual a la casa al entrar a la cocina ve a Elena junto a la estufa y entre lágrimas lamentándose por algo que él no entendía, sin pensar ni preguntar solo la toma por el cabello y la tira al suelo entre golpes y gritos de que era una inútil que no sabía hacer nada, que no sabía, ni cocinar, ni planchar le da un golpe a nivel de estómago. Elena solo se cubre deja que pase el momento, siempre hacia lo mismo se protegía de los golpes su príncipe azul regresaba a su lado le pedía perdón y llenaba la casa de flores.

Uno par de días de lo ocurrido Elena hace su maleta y va a casa de sus padres fingiendo que pasarías un par de días en casa para sentir el aire fresco del bosque, pero no le mencionada nada a sus padres de lo ocurrido con su esposo.

Esa noche junto a la ventana, recuerda sus deseos de niña de encontrar su príncipe azul, el cual la iba a proteger, amarla y respetar. Entre lagrimas que recorren su rostro nunca había pensado de niña que su amado su querido príncipe azul iba a ser aquel hombre con el cual se había casado.

Después de varios días, Elena se siente muy mal está muy enferma, llama a sus padres y rápidamente la llevan al hospital.

En el hospital los médicos le indican por un traumatismo severo le informan que ya es demasiado tarde, no pueden salvar ningunas de las dos vidas.

Hoy sus padres visitan en el bosque a su amada hija en la lápida está escrita la siguiente frase “A ti nuestra amada hija, Elena siempre estarás en nuestros corazones y ese pequeño ángel que estuvo en tu vientre, siempre los amaremos”.