Jojo Rabbit (Película): por qué es la historia más memorable de los Oscars

in #spanish4 years ago

Sin duda alguna, la producción ganadora de la noche del domingo pasado en la entrega de los premios de la Academia fue la cinta Parasite de Bong Joon-ho con sus cuatro Oscars, incluyendo los dos más importantes. Pero en un año de grandes tramas, excelentes actuaciones y una gran variedad, creo que la película que más se aferrará a la memoria (y a las emociones) de las personas es Jojo Rabbit, dirigida, producida, actuada y co-escrita por Taika Waititi, a partir de una novela de Christine Leunens. Es decir, creo que la mayoría de las cintas nominadas este año son buenas, muchísimo, pero no son el tipo de historias que las personas pudieran ver una y otra vez: Joker puede resultar incómoda, al igual que Parasite; 1917 es algo sencilla en la trama; Once upon a time... in Hollywood es muy lenta y no es lo mejor de Tarantino; Little women puede convertirse en la favorita para los amantes de las películas de época; pero Jojo Rabbit tiene todos los elementos de esas historias que se nos quedan en la cabeza durante mucho tiempo y que nos gusta repasar varias veces. ¿Quién ha visto Forrest Gump o La Vida es Bella una sola vez? Bueno, en ese sentido, creo que esta película se puede disfrutar repetidamente y explicaré por qué.

Originalidad en la idea central

A grandes rasgos, Jojo es un niño de unos diez años que tiene un amigo imaginario. Eso no es nada nuevo, ¿cierto? Pero vamos a contextualizar. Jojo Betzler es un niño alemán que crece durante la Segunda Guerra Mundial. Además es - como millones de alemanes en aquel entonces - acérrimo seguidor del partido Nazi y de Adolf Hitler, al punto de que su amigo imaginario es el mismísimo Führer. El que Adolf Hitler, probablemente el hombre más malo de la historia, pueda ser el amigo imaginario de una criatura inocente es una idea arriesgada y única que puede resultar descabellada hasta que recordamos que millones de personas escucharon, admiraron, idolatraron y obedecieron a este hombre porque dentro de sus cabezas los argumentos y las ideas de Hitler les parecían válidas. Si eso le sucedió a personas adultas, ¿cómo no esperar que Jojo admire al hombre que salvó al pueblo alemán del monstruo Judío?

Personajes y situaciones

Jojo es un niño tierno, ingenuo, despierto de mente que busca demostrar su valía ante sus semejantes. Su ternura acaso sólo sea superada por la de su único amigo real, Yorki. Pero, ¿qué pensará y qué hará Jojo cuando descubra que en su propia casa su propia madre oculta a una niña judía? No diré quién es ni por qué lo hace, pero esta aparición pondrá de cabeza su mundo, sus idelaes y su relación con el Hitler imaginario.

Porque hay que recordar que el Hitler que vemos no es un Hitler histórico. Se trata de la proyección de la mente de un niño de diez años que no sólo lo llama Adolf en vez de Führer sino que lo escucha, le consulta, debate con él con gran confianza y lo usa como a cualquier otro amigo imaginario: un mecanismo de defensa para adaptarse o evadir una realidad negativa: padre ausente, falta de integración entre sus semejantes y por supuesto, la guerra. A ellos se suman la madre del niño, los oficiales y claro, la niña judía oculta en su casa, cada uno con un encanto particular.

Una novela de iniciación

El término alemán Bildungsroman fue acuñado para referirse a las novelas de formación o novelas de aprendizaje, también llamadas novelas de iniciación, historias que retratan la transición de la niñez a la vida adulta. En este caso no vemos a Jojo llegar a adulto, pero sí entrar a la adolescencia y dejar atrás su niñez. Y esa transición es trabajada de gran manera en la cinta. La aparición de la niña judía y la interacción con ella, es decir con el enemigo, es el inicio de la madurez de Jojo, quién comienza a cuestionar sus valores, sus creencias y comienza a dudar de lo que siempre ha pensado - y en especial sentido - sobre los enemigos del Reich. Al inicio es un pequeño inocente, temeroso e ingenuo que no sabe atar los cordones de sus zapatos e idolatra al líder alemán; pero luego se va transformando y va resquebrajando la burbuja ideológica en la que ha vivido toda su vida y comienza a comprender la vida por sí mismo, más allá de lo que le han dicho. La ruptura de la fidelidad ciega a las ideas y la aparición del constante cuestionamiento de la realidad son la señal más clara del proceso de madurez, de crecimiento, de Jojo, que se cristaliza en dos escenas que no revelaré para evitar mayores spoilers.

El melodrama

En su ensayo sobre la novela Madame Bovary de Gustave Flaubert, titulado La orgía perpetua, el escritor peruano Mario Vargas Llosa expone que la magia de esa novela, su favorita, radica en el perfecto equilibrio entre cuatro elementos, entre los cuales destaca, con algo de rubor, el melodrama (la cursilería). Más propio de los folletines o de las telenovelas, el melodrama es evitado por los libros y las películas serias que se quedan en el espectro de lo meramente dramático. Pero, como a Vargas Llosa, a todos nos gustan las escenas melodramáticas, aunque nos avergüence reconocerlo en algunos casos.

Ojo: cursi no es romántico y melodrama no es drama. Drama es que la abuela Coco esté anciana y moribunda, melodrama es que cante la canción de su papá, salvándole de la desaparición en el último instante. Drama es que Mia y Sebastian hayan tenido que separarse por motivos profesionales, melodrama es que él haya abierto su club de Jazz usando el nombre y el logo que ella le había diseñado años atrás cuando aún eran novios. Una frase recordada textualmente cincuenta años más tarde, la sobreposición a los temores propios para salvar a otro, la forma en que Guido hacía de la guerra un juego para que su hijo no se asustara, todo hace parte de la cursilería que también está presente en Jojo Rabbit, con momentos, imágenes, escenas y sobre todo frases como "Siempre hay tiempo para el romance. Algún día conocerás a alguien especial". Estos detalles, estas escenas y frases se distribuyen a lo largo del guión, consiguiendo su objetivo: hacer sentir. La historia provoca risas, llanto, ternura, tristeza... es una historia muy emotiva, aunque en mi opinión creo que se excede un poco (mínimamente, apenas por encima del límite) con lo melodramático.

Dos claves

Ahora bien, ¿cómo lo hicieron funcionar? ¿como se toma a un Hitler imaginario para contar la historia de una guerra atroz? ¿cómo se consigue mezclar melodrama y guerra en una novela de iniciación que no resulte deprimente? La clave está en dos puntos centrales de la cinta. La primera es el humor. Jojo Rabbit es una comedia. Negra, pero comedia. El fanatismo político, el antisemitismo, el odio, el egocentrismo del líder Nazi, el colaboracionismo, todo es denunciado en clave de humor. Pero un humor serio. Cuando Hitler aconseja a Jojo "Quema la casa y culpa a Winston Churchill" o cuando al final de la guerra se oye a Yorki decir "no es un buen momento para ser Nazi", reímos y sonreímos porque resulta gracioso. Sin embargo, no es ridículo. No se trata de una burda parodia al nazismo. Es ironía, mordacidad, ingenio, al servicio de la denuncia.

Y el otro elemento clave es la niñez. Si bien Hitler es gracioso por lo irónico de las líneas que dice, Jojo resulta encantador y gracioso debido a su condición de niño. Si le dices a un niño de ocho o diez años que los judíos tienen cuernos y cola, lo primero que hará al encontrarse con uno es buscar esas señas de identificación. Si le dices que el amor se siente como mariposas en el estómago, le dará asco. Y es que Jojo es, después de todo, un niño. Nazi, sí, pero primero niño. La celebrada película La vida es bella usa el humor también, pero en aquella es Guido, el padre, quien disfraza la realidad para proteger a su hijo; lo vemos y nos damos cuenta de que sólo él puede tener esas ocurrencias. Pero en Jojo es diferente, acaso mejor, porque nadie le disfraza la guerra a Jojo, es él mismo quien con su mirada de niño entiende la realidad según lo que le han contado y lo que su imaginación le sugiere. La comedia en este caso nace de su ingenuidad, de su ternura. No todos podemos ser Guido, pero sí hemos sido niños una vez.

El resultado

Nótese que he llegado hasta aquí minimizando los spoilers y hablando solamente de la historia, sin explicar lo técnico. La dirección, fotografía, actuaciones, guión, vestuario, dan material para un análisis extenso, pero me interesaba hablar de la esencia de la historia y de los elementos que subyacen debajo de todo lo técnico. El resultado es una historia divertida, alegre, dolorosa, irónica, de denuncia, de amor, de nostalgia, de exaltación de la niñez y condena del odio; una historia que es a la vez como un documental de History Channel, una sátira de los hermanos Cohen y un libro de cuentos infantiles; y es en esa mezcla inusual en la que alcanza su trascendencia y su condición de memorable. Es una película de 9/10 puntos que provoca volver a ver aún antes de terminar la historia por primera vez. Si ya la vieron, saben a lo que me refiero; si no, entonces ¿por cuánto tiempo más van a seguir ignorándolo?

Sort:  

Excelente reseña crítica sobre este filme laureado recientemente en la entrega de los Oscars por su guión. El texto logra argumentar con solidez y agudeza las cualidades del conflicto central del filme y desmontar los posibles factores desfavorables, como el uso de Hitler como héroe imaginario. Gracias y saludos, @cristiancaicedo.

PD: ¡Bienvenido nuevamente a las andanzas en Steemit!

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