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Las cinco preguntas de mi grandeza.

Una vez más he despertado, ha terminado este fantástico sueño donde yo soy el jefe, donde nadie tiene el valor de enfrentarme, donde soy yo quien controla el destino de todos.

Muchas veces me pregunto si este sueño será un adelanto de lo que me espera en el futuro, si de verdad yo podre llegar a ser un hombre de poder, un hombre capaz de dominar a multitudes de personas con solo mover un dedo.
Muchas veces me pregunto qué haría si este magnífico sueño se convirtiera en realidad, si trabajaría yo para el bien o para el mal, realmente es algo incierto, ya que siempre se me ha dado a entender que todas las personas debemos valer por igual, que nadie es más o menos que nadie, que solo se poseen diferentes gustos.

¿Realmente todos valemos lo mismo?

Es la pregunta que siempre me hago día a día, si bien es evidente que hay personas que pareciera que solo vivieran para perjudicar a las demás, cuyo conformismo y egoísmo solo traen problemas a las multitudes de personas.

¿Debería yo acabar con esta clase de personas?

Es la segunda pregunta que me hago día a día, sabiendo que siempre concluyo en que si por mi fuera las erradicaría, haría de este un lugar más limpio, más puro, un lugar donde sea más cómodo y fácil vivir, libre de corrupción y engaños.

¿No será esta la manera en que llegue a tener poder según mi sueño?

Es la tercera pregunta que me hago día a día, si realmente siendo alguien que erradique la maldad, erradique todas esas personas cuya presencia solo causan molestia a las multitudes, erradique la malestares y solo traiga cada vez más confianza y felicidad.

De ser cierta mi pregunta anterior ¿Realmente estaría haciendo el bien o el mal a la sociedad?

Es la cuarta pregunta que me hago en mí día a día, la cual nunca he logrado concretar, esta es la que me presenta más dudas, más inquietudes y más debilidades. Considero que el hecho de que una multitud de personas considere que algo este mal no significa que lo sea, hay que poseer un poco de sentido común en todo, un poco de apreciación a lo desconocido.
Para nadie es mentira que lo desconocido suele asustar, suele inquietar, suele disgustar, y no es para menos, puesto a que es algo que no estamos acostumbrados a tratar.

¿Realmente mi sueño es magnífico?

Es la quinta y última pregunta que me hago en mí día a día, la cual es responsable de que yo llegue odiar este sueño. Porque al terminar al día ya he tenido la razón de entender muchas cosas, como las necesidades, todas las inquietudes y todos los aspectos a mejorar.

Hasta que este mismo día logre entender que…

¡Pero por supuesto que no lo es! No pudo pretender hacer a las presentes y futuras sociedades débiles a los cambios, débiles a aprender cosas nuevas, débiles a entender nuevas necesidades. Porque es la costumbre propia quien destruye la sociedad, discrimina a quienes se aíslan de esta, haciéndonos sentir que solo lo que esta plantea es la manera correcta de ser.

¡Es mi deber cambiar eso! Educar a las personas a ser más tolerantes, a trabajar por el bien de todos y el propio sin discriminar, hacerlos libres de cualquier tipo de tabú. Lo haría cueste lo que cueste, y es de esta manera en la que he decidido ponerle fin a los tabúes, ir convirtiéndome poco a poco en un hombre de poder.

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