BARCELONA CAPITAL DE LA CULTURA

Entre el ayer y el ahora

Este año, un canal de televisión internacional ha reconocido a Barcelona, capital del Estado Anzoátegui (Venezuela) como Capital de la Cultura de las Américas; honor que hace a esta tranquila ciudad oriental. En 2014, estuve unos días de la semana mayor entre sus calles, monumentos, iglesias, sitios turísticos; con sus ricas comidas y raspados; sus viejas casonas, el estilo de su gentilicio hasta el transporte urbano hacen de Barcelona, un lugar donde el tiempo parece detenido entre el ayer y el ahora; entre lo colonial y lo moderno; entre lo pensar y el sentir; sin duda alguna, es todo lo opuesto a la ciudad moderna de Puerto La Cruz, ambas separadas por poca distancia y tiempo.

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La Casa Fuerte

Desde mis estudios de sexto grado, en la historia de Venezuela siempre mi profesora Graciela hablaba de la Casa Fuerte ubicada en Barcelona, que aun de pie es testigo fuerte de la historia del ayer y de hoy; deseaba ver aquella casa o fuerte militar. La Casa Fuerte, que ocupa la extensa manzana diagonal a la Plaza Bolívar, era originalmente un hospicio franciscano llamado el Convento de San Francisco; luego, Libertador Simón Bolívar lo convierte en su Cuartel General; desde allí emprender su acción para la consolidación de la campaña de Guayana. Darle la vuelta a la manzana de la Casa Fuerte; ver sus gruesos muros, sus paredes y sus patios como testigo de la historia de libertad y constancia es algo emocionante y reflexivo.

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El Río Neverí…

En las tardes de esos días santos, al bajar la intensidad del sol y del calor, caminaba el borde del Rio Neverí; escuchando el río correr bajo el silbido del viento entre sus árboles, los niños jugando en el malecón y los pintores esparciendo su arte en los lienzos, los vendedores de artesanías o las señoras vendiendo panes, cocadas, raspaos u otra comida a propios y extraños. Es costumbre, para el gentilicio de Barcelona, al caer la tarde, ir a caminar por malecón del río Neverí; allí es el escenario hasta sirve dicho rio para encontrarse sexualmente bajo los manglares y escondidas dan rienda suelta a sus deseos y pasiones. Al recorrer el río, desde el puente hasta el comienzo del boulevard, se puede observar la gran cantidad de talleres mecánicos, industrias, comercios y viviendas que no cuentan con una red de tuberías de aguas servidas adecuada, lo que terminan en el rio Neverí; que muere lentamente por la contaminación sus aguas.

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El gentilicio de Barcelona

Como toda ciudad de tierra caliente; el gentilicio es reflejo de estas condiciones, de fuerte sol y calor que determina su forma de ser, de pensar y de vivir. Ellos se dicen que son ardientes como su sol, de piel seca y marchita por la intensidad del calor que cubre todo el día cada andar por sus calles, avenidas o plazas. Al caer la tarde, estos lugares son invadidos por la gente de Barcelona; unos para jugar y conversar bajo los arbustos; otros para distraerse viendo a la gente pasar de un lado para el otro lado; otros para cuadrar sus historias y fluidos corporales al caer la noche; sin olvidar, aquellas que se reúnen para contar la vida de otros. Lo que es singular en Barcelona, es la cotidianidad de su gente que cada día hace la misma rutina, dejando la ciudad sola y desierta al entrar la noche por seguridad para unos mientras que otros, se recobijan en sus casa. Todo esto y mucho más, han hecho de Barcelona, la capital de la cultura en las Américas.

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Fotos y Contenidos de mi autoría. Respaldo el presente artículo con mi asignación <>