Nosotros, ese plural más solitario que el AbsolutosteemCreated with Sketch.

in #spanish7 years ago (edited)

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El hombre asfixia: a sí mismo antes que a nadie. Así, a modo concéntrico entre las pulsiones varias y las terribles impresiones que le aquejan, en cada transeúnte, forzando la vista y los músculos orbitarios, soslayando la mirada, experimenta violentamente una grave falta de aire. Son incontables las veces que se pierde el aire, como perder la métrica, la rima, el verso. No es el asma que va en aumento. Ni la obliteración alveolar por el humo de los cigarrillos. No es la tisis, aunque, si pasase en Limerick, podría pensarse dos veces; llueve demasiado y el río Shannon lo humedece todo, teniendo en la tisis, la certeza de todos sus homicidios. Así al menos lo dejó escrito el pequeño McCourt, pero en fin. ¿Por qué ciertas cosas arrebatan el aliento? La membrana laríngea, la tráquea, ninguna está siendo comprimida. Respirar es un vocablo intraducible para el organismo, cuando nosotros, constancia del ridículo, respiramos el éxtasis por vez primera y es que todas las veces son vez primera. Los pulmones son un navío empujado por el aire inhalado, pero navío abovedado en las carnes y no en las corrientes de Altamar: todas las cosas que amamos, por asombro o fascinación o vacío, nos quitan el aire. Son irreductiblemente reminiscentes, pues, son todas las cosas arremolinadas en una memoria más antigua, pre-nosotros, cosas que nos mataron en otra vida. Y es que nos agobia, sin nosotros advertirlo, ese buen samaritano, odiosamente ubicuo, dispuesto a entregar el navío que nos mantiene en surco.

Este retorno sin edad del mundo de los mundos, eterno retorno griego, reminiscente, es a nosotros un Saturno ojizarco… ¡Qué importa que nos devore! Si, al asfixiarnos mientras nos devora, la cianosis de nuestros rostros equipara ¡Si acaso! El añil añejo de sus ojos. Este retorno incognoscible, retorno imprevisible, sucede. Son la certeza de la asfixia que nos invagina a la pre-existencia, a esa materia de nosotros previa a esta vida. El hombre, si pudiere, debería renunciar a la identidad, al nombre, a cualquier cargo que le haya sido impuesto, pero es un inútil inquebrantable: es un nostálgico de las cosas que no ha perdido en esta vida. Y sin embargo, es verdadero porque es involuntario, y esto, nos contradice la existencia: somos la voluntad del creador. Nosotros, inmoderada suma de contradicciones. Nosotros, el absurdo emancipado. Nosotros, brújula del nihilismo. Nosotros, ese plural más solitario que el Absoluto.

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Muy reflexivo .unico

Gracias por leer siempre, Glosa. Un abrazo grande.

@cavilacion Terrific write-up. Certainly This is often truth in each individual state. Upvoted.

Thx fof the read

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