Mi viaje a Copenhague

A finales de marzo de este año, mi novio y yo decidimos partir desde Amsterdam, donde vivíamos, hasta Copenhague, Dinamarca, para visitar la ciudad de Hans Christian Andersen y la Sirenita. Fuimos muy ingenuos de creer que nuestro Fordi (como cariñosamente llamábamos a nuestra vieja Ford Mondeo del año 2011 que cargaba encima 500 000 km de vida, aguantaría tamaña odisea... El auto murió en Bremen, Alemania, dejándonos tirados en la carretera. Por suerte para nosotros, yo hablo un poco de alemán, y pudimos llamar a una grúa a que viniera por nosotros. Nos dejaron frente a un taller de mecánica, que estaba cerrado porque ya era de noche, y dormimos en el auto en Bremen para tratar de resolver el asunto a primera hora de la mañana. Allí conocimos a un italiano muy bueno que nos ayudó en todo lo que pudo y luego hasta nos mostró la ciudad. Lamentablemente tuvimos que vender el auto a 200€ a alguien que se dedicaba a vender partes de autos, y nos sentíamos muy desolados. Nuestro viaje se había arruinado.

Sin embargo realmente queríamos conocer Copenhague, así que decidimos no darnos por vencidos. Dejamos algunas cosas en casa de nuestro nuevo amigo y tomamos un bus de noche hacia Copenhague. Fue el viaje mas horrible de la vida. Llegamos un día tarde al evento que teníamos y por suerte era en un hotel, así que pudimos bañarnos y cambiarnos de ropa.

Al final del evento, no teníamos donde dormir, así que unas amigas nos colaron en su habitación de hotel, y por fin pudimos dormir en una cama decente. Tuvimos mucha suerte. Reservamos otro bus de noche y aprovechamos para ver la ciudad que es muy muy bonita.

Y así fue como cumplí mi sueño de ver la estatua de la Sirenita y la de los Musicos de Bremen