ADHD (Síndrome de atención dispersa, hiperactividad e impulsividad)

Hasta hace poco, se pensaba que el Déficit de Atención con hiperactividad Impulsiva, frecuente en la niñez, mermaba en la adolescencia y desaparecía en la adultez. No obstante, según estudios, aproximadamente el 60% de los niños que sufrieron este problema, lo siguen teniendo aún siendo adultos. El trastorno ADHD, perjudica la calidad de vida del paciente, además lo vuelve susceptible a trastornos más severos como por ejemplo: ataques de pánico, ansiedad, desórdenes de personalidad, entre otros.

Desglosaré en tres partes de manera resumida, las formas en que el trastorno influye en nuestra vida.

Dificultad en la atención.

Las personas no son capaces de percibir el desorden importante que tiene en su conducta, por ende tienden a ser distraídos, olvidan muchas cosas, pierden objetos, necesitan preguntar repetidas veces lo mismo, no están aptos para recordar una lectura reciente. Los niños pueden cometer muchos errores en la realización de sus tareas escolares y los adultos pueden tener cierta dificultad en su desempeño laboral.

Se distraen con facilidad y esto hace que pierdan fundamento en el desarrollo de una actividad. Difícilmente se organizan, es por ello que no suelen ser eficaces en las estrategias que realizan para cumplir algún objetivo. Al hablarles directamente, pareciera que no escucharan, debido a la distracción descomunal que pueden tener.

Hiperactividad.

La muestra más común es el movimiento excesivo de las piernas, zapatear, mover el pie, etc. La necesidad de moverse los consume, tanto que se les hace muy difícil el poder relajarse, además que los impulsa a hacer varias cosas a la vez y terminarlas rápido. Suelen hablar mucho.

Tienen una falta de coordinación motora, la cual puede verse reflejada en la práctica de algún deporte. Esta torpeza motora puede afectar bastante en la niñez, no sólo en las tareas escolares, sino también en su estado de ánimo, en su autoestima, ya que al ver que no puede realizar algunas actividades con la misma soltura que sus compañeros, se acompleja.

Impulsividad.

Las decisiones son tomadas imprudentemente, sin base. La persona quiere la recompensa ahora, no puede aguardar mucho tiempo y se obsesiona con las ideas que tiene en su cabeza. Al parecer no gozan de las actividades comunes y necesitan un sobre-estímulo. Muchas de estas personas tienden a fracasar en el matrimonio y en su desarrollo interpersonal, ya que no entiende que la impulsividad es la causa de su hundimiento social.

El estado de ánimo de la persona impulsiva cambia drásticamente. La persona contesta antes de que una pregunta se le anuncie, no posee paciencia y se frustra con facilidad.

Me motivé a tratar este tema, porque tengo varios amigos que padecen de este trastorno, sin embargo; han aprendido a controlarse un poco y han logrado un progreso en su desarrollo personal, si tienen una opinión al respecto espero la comportan y también les sea de ayuda el artículo para manejar una situación frente a individuos que padezcan de este trastorno.

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