Bitácora personal 31122019: El tiempo de los cambios.

in #spanish5 years ago (edited)


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Cierro el 2019 haciendo algo que nunca hubiera pensado hace 365 días: limpiando mi casa. Y no es que nunca la limpie, pero de unas semanas para acá realmente disfruto hacerlo, algo que es nuevo para mí, ya que históricamente por mi horario de trabajo el limpiar era una necesidad y una obligación más que otra cosa, y era un tiempo que no disfrutaba en lo más mínimo.

Tengo una año con un nuevo ritmo de vida debido a fuertes cambios laborales, y por primera vez en muchos años he tenido tiempo libre para mí. Lo interesante del caso es como el uso de este tiempo ha ido mutando a lo largo de este año. Al principio hacía lo que solía hacer siempre: nada, o al menos nada útil, nada de provecho. ¿Por qué? Pues porque antes siempre estaba ocupado y de repente poder darte el lujo de no hacer nada era algo que realmente disfrutaba.


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Sin embargo, después de un tiempo la cosa se pone extraña, ya que la novedad se va y ya no se disfruta tanto el no hacer nada, es entonces cuando uno empieza a querer hacer todas esas cosas que tiene pendiente hacer, todo eso que alguna vez dijimos que haríamos cuando tuviéramos tiempo, pero nunca lo habíamos tenido.

Y uno hace su lista muy entusiasmado y se pone a hacerlas, pero ahi surge otra sorpresa, y es que no se disfrutan como uno esperaba, y vienen la frustración y la pregunta de que hacer con ese tiempo libre que queremos aprovechar cuando las cosas no están siendo como pensamos.


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Después de intentarlo varias veces uno decide ser práctico y en lo que encuentra una respuesta se pone a usar ese tiempo para lo que podríamos llamar lo obvio: prepararte el desayuno y comer tranquilo, en vez de a las carreras como antes, regar las plantas del jardín, limpiar y ordenar la casa, leer ese libro que tienes a medias, ir al supermercado, etc.

Y lo cotidiano que antes hacíamos a las carreras el único día que teníamos libre, ahora lo hacemos sin prisas porque no hay porque tenerlas, y resulta que justo cuando dejas de preocuparte por aprovechar ese tiempo libre, y simplemente fluyes, te das cuenta de que cosas que antes hacías apresuradamente porque no tenías otra opción, se vuelven experiencias que disfrutas.


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Un día sin que te des cuenta te pasas horas con ese libro que tenías a medias hace una eternidad, y lo terminas. O empiezas a regar el jardín y acabas trasplantando plantas y yendo al vivero por otras. O te encuentras en el supermercado y por primera vez puedes con calma ver las etiquetas de lo que compras y empiezas a alimentarte más sanamente.

Y de repente un día mientras barres la casa empiezas a re-acomodar cosas y acabas comprando pintura para renovar la sala o la recámara. Y poco a poco sin darte cuenta empiezas a vivir a otro ritmo a encontrar el disfrute de lo cotidiano.


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Justo cuando dejas de presionarte por aprovechar el tiempo libre, es cuando empiezas a disfrutarlo, y es porque has dejado finalmente de verlo como antes, como algo que hay que aprovechar, y simplemente lo vives, sin pretensiones, sin expectativas, sin planes a cumplir.

Y un buen día te das cuenta de que poco a poco has generado nuevas rutinas, y ocupas el tiempo en cosas que no te esperabas y que disfrutas hacer: cómo leer el periódico mientras tomas un café por las mañanas, o ir a pie al mercado dos veces por semana para tener fruta fresca, o regar tu jardín por las tardes para disfrutar del atardecer.


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Un buen día se te ocurre un proyecto, o dos, pero no los inicias, sino que los vas trabajado poco a poco en tu mente, como si fueran frutas que hay que dejar madurar antes de bajar del árbol, y un buen día, sientes que es el momento e inicias uno de ellos, y lo disfrutas y lo sufres a tu ritmo, sin presiones, y de repente te encuentras con que todo aquel tiempo que te sobraba, ahora se está ocupando en diversas actividades que disfrutas y te llenan, haciendo cosas que quieres, y no que tienes que hacer, y al ritmo que tu te impones, y no el que te impone tu entorno.

Y es que los cambios no suceden por arte de magia, no se dan de un día para otro solo porque lo queremos o porque ahora tenemos tiempo de tenerlos. Si siempre hemos tenido una vida agitada, no podemos de un día para otro cambiar, así como no podemos crear olas y esperar que de un segundo a otro se vuelvan un mar calmo.


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Cuando dejemos de agitar las ondas tardarán en desaparecer, pero lo harán, y en nuestro caso es igual, hay que tener paciencia y esperar a que se calmen nuestras aguas antes de empezar a notar cambios.

En estos días en que todo mundo se plantea propósitos y objetivos, ten en cuenta que estos llevarán el tiempo que requieran y no el que tu quieras, y que tienes que tener paciencia. No te presiones, si realmente quieres cambiar algo, persevera y lo lograrás, y no esperes ser infalible al principio, de seguro fallarás, pero eso es parte del proceso, no desesperes y lo lograrás, recuerda que los cambios tienen su tiempo y hay que respetarlo, y es único para cada uno de nosotros.

Muy feliz año y que disfrutes la experiencia de tus propósitos para este año que inicia.

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Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.

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©bonzopoe, 2019.

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