Nos vamos de senderismo. Al "Parque Nacional Cerro Copey". Isla de Margarita, Venezuela

Amigos steemians, en esta ocasión les mostraré que fui un poco más allá de mi jardín; en donde normalmente, suelo hacer las excursiones en busca de material para mis post.

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A orillas del Mar Caribe. En el corazón de la Isla de Margarita.
"Parque Nacional Cerro Copey"

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Un buen día, cuando aún se podía, me fui con un grupo de amigos a recorrer unos caminos en la isla de Margarita. Estado Nueva Esparta. Venezuela.
A practicar senderismo hacia la montaña, hasta un pedacito del gran Parque Nacional Cerro Copey.
Nos esperaba un recorrido de un par de horas subiendo, hasta aproximadamente, unos 600 msnm.
Iniciamos a eso de las 9:00 de la mañana, con buen tiempo, equipados con agua y alimentos. Nos acompañaron unos buenos guías, "baquianos" de la zona, quienes, por supuesto nos dijeron que la ruta era empinada, pero se hacía de manera rápida (claaaro, ya ellos estaban acostumbrados y sabían a donde iban a llegar)
¿Mis pertrechos? cámara (infaltable), gorra, gafas de sol, merienditas y mi calzado deportivo. Los compañeros llevaban las armas y utensilios apropiados.
Quiero aclarar que las fotografías, no son las mejores. Esas están consumidas por allí en alguno de los HDD que se han dañado a causa de la mala calidad de la corriente eléctrica.
Pero más o menos, puedo mostrar una cierta idea.

En la ruta encontramos unas caminerías, puentecitos, arroyos, un poco mermados, porque no era tiempo de lluvia.
A lo largo del ascenso un bosque, muchos grandes árboles. Especies endémicas, tanto vegetales como animales, es decir, que sólo se dan en esta zona.
Aprovechamos algún claro en el camino para tomar fotos y continuar.

El ascenso fue por laderas muy empinadas y cañones, por donde transitan mulas que transportan cargas de frutos y hortalizas que cultivan algunos pisatarios con licencias o permisos para habitar en el Parque.
Llegamos a una cabaña, donde nos recibió un amable montañés que nos trató con gran hospitalidad.

Allí cocinamos, bueeeno -cocinaron- los compañeros. Mientras, exploramos, comimos y descansamos.
Y yo, que me hice pasar por turista gringa, pedí, por favor si "me poder prestar una chinchorra o hamaca" ja ja y cuál fue mi sorpresa?. como por arte de magia, el señor me encontró una hamaca, limpia y aromatizada, en la que dormí como un lirón.


Pasado el día de disfrute, vino la despedida y descenso. Me ayudé con unos báculos o bastones, porque la cuestión para bajar, se veía muuuuy inclinada y el precipicio tenía otra perspectiva.
La anécdota de este viaje?
Que en la bajada los dedos de los pies, tienden a chocar con la punta del zapato y mi pedicure estaba recién hecha, por tanto las uñas no estaban muy recortadas y me dolían mucho. Así que me senté y pedí que con una navaja, recortaran la punta de mis deportivos y "vualá", mis deditos quedaron liberados. Suerte que los calcetines combinaban con el color de las zapatillas modelo Floricienta.
El fin de la jornada, una delicia y el compromiso de regresar.
@assus, lo prometido, aunque un poco fallo.
Gracias por leer.

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Texto y fotografía por: @armonia