Solo el Más Fuerte Come Queso | MicroRelato Original #2

arkmy (60)in #spanish • 5 years ago (edited)

Todos querían queso; los gordinflones tenían todo el queso.

Capitaneados por Sam, hicieron un largo viaje hasta que encontraron su morada.

Entraron y lo buscaron, pero ya no había queso. Los gorditos hicieron un festín la noche anterior.

Tenían hambre, habían hecho un largo camino para degustar el apestoso. Se ruborizaron al notar la presencia de los pequeños glotones.

De un placaje y un mordisco cayó el primer panzón. Luego el segundo, seguido por un tercero. Los enemigos corrían por su vida, más con su barriga llena no podían, el estómago lleno relentizar les hacía.

Sangre, pelo y huesos por todo el lugar. El hambre se había ido ya, ¿por cuánto tiempo más?. Se marcharon a su hogar.

Seguían sin alimento. ¿Dónde iban a comer ahora?. En la noche, caminaron por la calle hasta encontrar un contenedor de basura. Se miraron los unos a los otros; solo el más rápido comería algo hoy... Si tenía suerte.

El líder, Sam, no podía lidiar con todo su grupo. Estaban hambrientos; su enfado iba a estallar en un motín en cualquier momento. Sam tomó una decisión: solo el más fuerte come.

Corrieron al contenedor con sus últimas fuerzas. Se lanzaron dentro casi al mismo tiempo. Había bolsas de basura, cartón, cáscaras de huevo, pañales, etc. Rasgaron las bolsas de basura, en una carrera por encontrar la salvación.

Uno encontró pieles de plátano, las relamió aunque no le gustasen. Los otros tuvieron que conformarse con peores deshechos.

A Sam le molestó algo que brillaba delante de sus narices, era una lata de atún medio abierta. No importaba su mal estado, aquello era un tesoro. Si no tenía cuidado...

A duras penas llegaba Sam a casa; solo Sam, tambaleándose con incontables heridas. Solo el más fuerte come... y sobrevive.

Su enamorada le dió la bienvenida y le lavó sus heridas de inmediato. Alguien por detrás se quejaba.
Era más jóven, grande y fuerte. Sam ante él, era un viejo a punto de estirar la pata. Ya no era bienvenido en su propio hogar.

El más grande se acercó un poco sin mirarle, Sam se levantó, mirándole de reojo. Se llevaron así más de media hora, hasta que el grande se abalanzó sobre él. Sam quedó tirado en el suelo, el otro se giró caminando junto a la querida de Sam; exquerida.

Sin previo aviso, ella se quedó sin cabeza. El grande gritó y salió corriendo... no llegó muy lejos; la vida es muy perra.

Sam aprovechó la ocasión para irse de allí, se mudó a otro barrio y se lamió las heridas.

Solo los más fuertes comen queso, eso lo saben muy bien los olvidados de la calle.