Introspección.
La niñada y el orgullo te han dejado muda.
Pero, ¿acaso está mal?
No, ya hace mucho que debiste hacerlo.
Saca tu nuevo labial,
y borra los ve(r)sos que plasmó en tu ombligo,
aunque –besos- no quedarían mal.
Te he visto débil y acurrucada en tu cama.
Y a nadie quererle hablar.
Se ha metido en tus venas,
te encuentras en período de abstinencia,
pero de peores te he podido sacar.
Vístete,
luce tu preciosa cabellera,
y sonríe(me)
como todas las mañanas.
Sé que me quieres,
que tratas de alimentarme de amor.
Pero yo no te necesito,
más te necesitas tú.
Bebe ese café
que tanto anhelas por la mañana.
Lo sé, fuerte y sin azúcar.
Sé que te duele,
porque así te acostumbró él.
Pero piénsa(lo),
recordar lo que has sufrido
te hará más fuerte.
Estás preciosa, como siempre.
Abre la puerta
y sal a comerte el mundo,
como solo tú puedes.
Fotografía hecha por: Medinowski.
Modelo: Angelimrdbp.
Después de tanto dolor viene el momento de comernos el mundo.