El chico del café

alfarofranudy (60)in #spanish • 6 years ago

—Es demasiado lindo. –Le dije a mi mejor amigo Maickel mientras veía al chico detrás del mostrador de aquella cafetería. Mi turno para poder pedir mi café y pagar llegó, y él fue quien atendió mi pedido.

—Un latte, por favor. –No podía dejar de verlo, es qué es tan lindo. Es ese tipo de chico que me gusta, y juro que tiene la sonrisa más linda qué he visto ¿qué te tendré con los altos, flacos, de piel blanca y con lentes?

—¿Cuál es tu película favorita de Star Wars? –Preguntó señalando los pines de la película que solía llevar a uno de los lados de mi bolso, de mis labios escapa una pequeña risa.

—A New Hope y Rogue one.

—Soy más de la trilogía original. –Sonríe. Ahí estaba otra vez esa sonrisa.

—¿Y te gusta El Señor de Los Anillos?

—No, para nada.

—¿Te gusta Harry Potter pero no El Señor De Los Anillos? –Pregunta casi ofendido.

—Es muy distinto.

Me llaman, indicando que mi pedido esta listo. Mi mejor amigo ya ha encontrado una mesa para sentarnos, y agradablemente no esta lejos del chico del café.

Mi mejor amigo me mira impacientemente mientras me siento.

—Me ha estado coqueteando. –Respondo a su pregunta no formulada.

Después de diez minutos de hablar con mi mejor amigo cruza una loca idea por mi mente.

—Quiero darle mi número. –Le digo de la nada, él mi mira como si me hubiese vuelto oficialmente loca —De verdad quiero darle mi número.

–Dáselo entonces. –Lo dice serio

—Es qué me da pena.

Un rato pasa, el chico de sonrisa bonita sale de la cafetería hacía una zona más abierta y puedo ver que lleva un bolso, toma asiento y saca un libro y su almuerzo. No puedo evitar verlo.

—No lo mires tanto.

—Es que es muy lindo. –Suspiro. —¿Sabes qué? Le daré mi número. –En un movimiento rápido de mi bolso saco un lápiz, y en la misma factura de mi orden del café escribo mi número y dejo mi nombre.

—Se levantó. –Dijo Maickel.

Rápidamente voltee a donde el chico se había sentado rato antes, tenía razón, había recogido sus cosas y se había levantado. Caminó hasta la barra en donde los pedidos eran entregados y luego salió del local.

–No sé que decirle. –Mi pánico aumentó.

–¡Solo hazlo y ya! Puedes decirle que olvidó eso. –Dijo señalando el papel.

Me levanté de donde estaba sentada, tomé mi bolso y mi café, sentía como el papel en donde se encontraba mi número pesaba en mi mano, mi corazón latía demasiado rápido. Él estaba en la puerta del café, aún con su libro en la mano.

—Disculpa. Se te cayó esto. –Le dije tendiéndole la pequeña hoja de factura. Le dediqué mi mejor sonrisa y me fuí.