Cuento Corto | La infección persistente | [ESP/ENG] | Persistent infection
La infección persistente
El médico rápidamente tomó el brazo de Frederick, y observó con gran detenimiento cada uno de los detalles de la herida, pudo divisar fácilmente la profundidad de la cortada en la parte superior de la muñeca, adicionalmente fue capaz de realizar todo el examen preliminar de forma rápida de manera que pudo evitar en gran medida el derramamiento de sangre. Mientras realizaba sus observaciones seguidamente buscó una venta nueva, la tenía en maletín de cuero que cargaba siempre a cualquier lugar al que iba. La venda era bastante larga, así que tuvo que cortar la a la mitad para que pudiera encajar perfectamente en herida de Frederick.
Rápidamente y con gran destreza e incluso pudiera decirse que varias de sus destrezas eran bastante envidiable por otros profesionales de la salud. Logró manipular la venda para crear nudos extraordinariamente cómodos y eficientes para evitar una hemorragia. Anotó dos ciertas cosas en un pequeño cuaderno que tenía en su bolsillo y le pidió Frederick que volviera a la cama, debía estar tranquilo y muy bien atendido, le dijo además que probablemente iba a sufrir un episodio de fiebre durante la noche, pero que no se preocupara ya que ese era uno de los primeros síntomas de una infección como la que posiblemente iba a tener.
El médico se veía bastante preocupado a pesar de haber sido capaz de demostrar seguridad en cada una de las preguntas que le hacía Frederick, lo que más le preocupaba al médico no era la profundidad de la herida, muchísimo menos lo era la cantidad de sangre que había perdido durante todo este tiempo, la verdadera preocupación yacía en la sierra misma, con la que Frederick tuvo el accidente… El médico pudo darse cuenta que en los filos de la sierra había una acumulación altamente densa del óxido metálico, cuya probabilidad de ocupación por gérmenes o bacterias era realmente alta y esto lo sabía muy bien el médico desde sus prácticas estudiantiles, donde tuvo que lidiar con numerosas infecciones y heridas de domesticas de baja gravedad.
El doctor no quiso apresurarse, bajo ningún concepto, en dar un diagnóstico errado, prefirió mantener la calma y esperar a la evolución de los síntomas de su paciente. Frederick se sintió bastante bien, por lo menos estaba mucho más aliviado de saber que la hemorragia había finalmente cesado. Para este momento Frederick lo único que quería y que deseaba enormemente era poder volver a utilizar su mano para continuar en el oficio de la carpintería. A pesar de que sus comienzos en este oficio no fueron del todo óptimos y pasó bastantes malos ratos y muy poco tiempo logró acostumbrarse a la rutina de un carpintero a los trabajos que debe realizar aplicar barniz sobre aquellas laminas maderas, a ensamblar cada una de las piezas y a esperar al siguiente día para poder procesar más y más madera.
Se sentía orgulloso de lo que había logrado y también se sentía bastante acostumbrado en su nuevo lugar de trabajo. Mientras tanto el médico visitaba regularmente a Frederick para poder evaluar la apariencia de la herida. Cada día que pasaba la misma estaba un poco más abierta y los bordes superiores se encontraban de un color rojo oscuro. Las tonalidades marrones le preocupaban bastante el médico, quien no pudo esperar más; así que tuvo que sugerirle a Frederick que se dirigiera a uno de los centros de salud más cercanos a la ciudad. Bajo esa situación, Frederick consideró utilizar varias de las monedas de oro que tenía ahorrados para pagar el médico favorito de su padre, sin embargo desistió de volver a la ciudad.
Se dio cuenta de que, si había decidido irse lejos no podía estar regresando a cada momento. Ahora el camino estaba frente a sus pies y todos los problemas que ello conllevara, tenía que resolverlo completamente solo. Ya era todo un hombre capaz de hacerle frente a las dificultades de la vida y tras unos cuantos días el dolor con fiebre incontrolable por los medicamentos que le había sugerido el doctor, se encontraba postrado en una cama temblando de frío, sudando, pálido y con fiebre a 42 grados. El médico estaba profundamente preocupado por la gran infección que había adquirido con la cortada por la sierra.
El dueño de la casa había visto la evolución de la infección de principio a fin. Regularmente solía quedarse hablando con el médico acerca de la salud de su más reciente inquilino. El jefe de familia permanecería callado ante las explicaciones del médico, y casi siempre preguntaba por la gravedad de la enfermedad, su alcance y las posibles formas que tenia para poder detener la proliferación de la infección en el cuerpo de Frederick.
Pasaron tres días hasta que finalmente el médico salió realmente alarmado de la habitaciones Frederick, se había dado cuenta que era prácticamente imposible curarle la fiebre al paciente. Él sabía muy bien que la fiebre actúa como mecanismo de defensa del cuerpo cuando se encuentra con algún agente extraño, en este caso una infección. Sin embargo, largos periodos de altas temperaturas es altamente peligrosos para el cuerpo humano, y pudiera desencadenar una serie de daños irreversibles para el sistema nervioso central. Frederick estaba cruzando una frontera en su salud bastante delicada, y quienes estaban a su alrededor temían que no pudiera ser el mismo luego de esto, o si sencillamente no iba a poder ser lo suficientemente fuerte y no sobrevivir a tal infección.
Gracias por leer.
English Version:
Persistent infection
The doctor quickly took Frederick's arm, and looked very carefully at every detail of the wound, could easily see the depth of the cut on the top of the wrist, and was able to perform the entire preliminary examination quickly so that he could largely avoid bloodshed. While making his observations he then looked for a new sale, he had it in a leather case that he always carried wherever he went. The bandage was quite long, so he had to cut it in half so that it would fit Frederick's wound perfectly.
Quickly and skillfully, and one could even say that several of his skills were quite enviable by other health professionals. He managed to manipulate the bandage to create extraordinarily comfortable and efficient knots to prevent bleeding. He wrote down two certain things in a small notebook that he had in his pocket and asked Frederick to go back to bed, he should be calm and very well attended, he also told him that he was probably going to suffer an episode of fever during the night, but not to worry since that was one of the first symptoms of an infection like the one he was possibly going to have.
The doctor looked quite worried despite having been able to demonstrate confidence in each of the questions Frederick asked him, what worried the doctor most was not the depth of the wound, much less the amount of blood he had lost during all this time, the real concern lay in the saw itself, with which Frederick had the accident... The doctor was able to realize that on the edges of the saw there was a highly dense accumulation of metal oxide, the probability of which was really high that it would be occupied by germs or bacteria, and this was well known to the doctor from his student practice, where he had to deal with numerous infections and low-severity household injuries.
Under no circumstances, did the doctor want to rush into giving a wrong diagnosis, he preferred to remain calm and wait for the evolution of his patient's symptoms. Frederick felt quite well, at least he was much more relieved to know that the bleeding had finally stopped. By this time, all Frederick wanted and greatly desired was to be able to use his hand again to continue in the carpentry trade. Although his beginnings in this trade were not entirely optimal and he spent quite a few bad moments and very little time getting used to the routine of a carpenter to the work that must be done to apply varnish on those wood sheets, to assemble each of the pieces and to wait for the next day to be able to process more and more wood.
He was proud of what he had achieved and also felt quite used to his new workplace. In the meantime, the doctor visited Frederick regularly to assess the appearance of the wound. Every day the wound was a little more open and the upper edges were a dark red color. The brown tones worried the doctor quite a bit, and he couldn't wait any longer, so he had to suggest that Frederick go to one of the health centers closest to the city. Under that situation, Frederick considered using several of the gold coins he had saved to pay for his father's favorite doctor, but he desisted from returning to the city.
He realized that, if he had decided to go away, he could not be returning every moment. Now the road was in front of him and all the problems it entailed, he had to solve it completely alone. He was now a man capable of coping with the difficulties of life and after a few days of pain with uncontrollable fever from the drugs the doctor had suggested, he was lying in bed shivering with cold, sweating, pale and with a fever of 42 degrees. The doctor was deeply concerned about the large infection he had acquired from the saw cut.
The owner of the house had seen the evolution of the infection from beginning to end. He regularly stayed to talk to the doctor about the health of his newest tenant. The head of the family would remain silent at the doctor's explanations, and would almost always ask about the seriousness of the illness, its extent and the possible ways it could be stopped from spreading in Frederick's body.
Three days went by until finally the doctor came out of Frederick's room really alarmed, he had realized that it was practically impossible to cure the patient's fever. He knew very well that fever acts as the body's defense mechanism when it encounters some foreign agent, in this case an infection. However, long periods of high temperatures are highly dangerous for the human body, and could trigger a series of irreversible damage to the central nervous system. Frederick was crossing a border in his rather delicate health, and those around him feared that he might not be the same after this, or that he might simply not be strong enough to survive such an infection.
Thank you for reading.
Posted from my blog with SteemPress : http://aleestra.repollo.org/cuento-corto-la-infeccion-persistente-esp-eng-persistent-infection/
Gracias Cervantes! ;D
Saludos amigo @aleestra, maravilloso cuento amigo, con cuanto detalle y claro lenguaje has narrado los pormenores de lo que le ha pasado al pobre Frederick, ojalá logre superar ese cuadro infeccioso y se reponga, tiene a su lado un excelente médico. Gracias por compartir querido, me encantó leerte.
Hola @sincroniadivina, muchas gracias por tu comentario, me alegra que hayas disfrutado la lectura. Es una historia que llevo un tiempo escribiendo... Saludos cordiales, siempre bienvenida por acá!
Excelente
Muchas gracias!
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