Bad girl (niña mala) - Relato erótico NSFW

Eres... la dueña...de mis fantasías más... perversas. - me susurraba débil, con la respiración entre-cortada. Tenía apenas un hilo de voz, y su mano sólo se encargaba de hacer su trabajo.

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Su racionalidad había perdido el rumbo. Se encontraba en su lado más animal posible, y yo solo podía pensar una cosa:en lo mucho que me excitaba escucharlo acelerado. Lo escuchaba gemir, con sus pequeños vuelcos vocales, intermitentes, nada planeados. No se controlaba.

Lo hacía lento para disfrutar su propia excitación y sus propias fantasías, y mientras lo contemplaba mi cuerpo comenzaba a calentarse y retorcerse levemente con los escalofríos de excitación. Una electricidad recorría hasta lo más recóndito de mis venas. El calor subía como la marea, y yo sentía como levemente me humedecía con sólo escucharlo agitado, tocándose.

El sabía que me encantaban los susurros agitados, su voz posesiva pidiéndome que le dijera cosas sucias, pidiéndome que le dijera que yo era su niña mala. Y lo era. Yo era su niña mala, suya. Comencé a acariciarme.

De pronto se detuvo, y se quedó contemplándome en la habitación poco iluminada. No continuó masturbándose porque él sabía que quería mucho más que el roce de sus manos en su miembro. Él me quería a mí. No nos habíamos tocado, pero yo estaba provocándolo con mis palabras y mi cuerpo, verlo masturbarse un rato frente a mí logró que yo quedara completamente desnuda y excitada.

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Se levantó de la silla cercana a la cama donde yo ya estaba desnuda casi tocándome, y retiró mi mano de mi entrepierna. De inmediato, apoyó su mano sobre mi mejilla mientras abría un poco la boca, apretando los dientes, presionando levemente el dedo pulgar en mi cara, como signo de posesión. El sabía que eso me excitaba, así que inhalé muy fuerte, echándome para atrás. Su cuerpo me empujaba lentamente, apoyó una rodilla encima de la cama, y fue gateando hacia a mí haciendo que yo quedara totalmente acorralada.

-Estuve toda mi vida esperando este momento- comenzó a besarme aceleradamente. Ya no teníamos opción: los dos estábamos desnudos y yo sólo quería portarme mal para excitarlo. Cuando sus labios llegaron hacia mí, mi boca ya estaba abierta observándolos con detenimiento. Me tomó de la garganta apoyando su pulgar en mis mejillas y con la otra mano, sin pensarlo dos veces, metió dos de sus dedos en mi boca entreabierta, casi desprevenido.

-Niña buena- susurró.

Mordió su labio inferior al ver mi reacción, y cuando sacó sus dos dedos de mi boca, se incorporó. Abriendo mis piernas, lentamente comenzó a rozar mi clitoris causándome un espasmo.

-Estás muy mojada- - sonrió perversamente.

Y es que cada cosa que decía, sus susurros, sus palabras barridas y enfatizadas deslizaban los bordes de mis oídos como un cosquilleo de placer.

Y continuó:

-Vas a cerrar los ojos, enlazar tus manos sujetando la cabecera de la cama y abrir las piernas… más.- decía esto mientras presionaba mi sexo con su rodilla y posicionaba mis manos encima de mi cabeza, sujetando mis muñecas.
-Me haces daño, pero me gusta… me excita.- y al decir esto, noté como mordía su labio desafiante y presionaba aún más su rodilla en mi sexo haciendo movimientos casi imperceptiblemente circulares.

-Calla, perra. -expresó con firmeza. Su voz sonaba diferente y su mirada había cambiado. Lucía más severa pero con los ojos si acaso más brillantes.

Separó su rodilla de mi cuerpo y de inmediato introdujo con sigilo 2 dedos en mi sexo. Comenzó a masturbarme muy lento mientras iba mordisqueando jugando con su lengua desde mi cuello hasta mi oído. Cuando llegó hasta mi oído empezó a respirarme y a gemir un poco conmigo, lo que me excitaba intensamente. Empecé a perder el control de mis gemidos.

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-Eres mía… mi niña… Mi puta particular…y no te comparto con nadie ni nada.- su respiración agitada con sus palabras retumbaba mi oído mientras sus dedos jugueteaban un poco más rapido y más profundo. Yo gemía con descontrol.

Se detuvo.

-Sigue- le imploré.

-Yo hago lo que quiera contigo. Quiero que me lo pidas, puta-

-Quiero que me penetres, por favor...por favor...- y me acerqué a su boca mordiendo su labio inferior con desespero. Sé que él no aguantó porque apenas dije eso se incorporó rapidamente abriendo mis piernas y sellando mis brazos hacia atrás. Tomó su pene muy erecto y comenzó a rozarlo de arriba a abajo por toda mi vagina, controlándose a sí mismo.

Mientras lo hacía me besaba muy lento, de vez en cuando alejaba unos segundos su boca de la mia para observarme y ver mi rostro mientras seguía rozándome. Yo desesperada de excitación volvía a buscar de forma caníbal sus labios.

-Penétrame, penétrame, penétrame…-le susurraba al oído mientras simultáneamente aruñaba su espalda y apretaba sus hombros. Fue introduciendo su pene con cuidado, yo estaba muy mojada, y apenas lo sentí dentro gemí de alivio y descontrol. Siguió haciéndolo lento y mientras se acomodaba se inclinó más hacia mi, quedando frente a frente conmigo.

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Yo estaba ebria de excitación, en mi estado más animal y perdí la consciencia por unos segundos, y mi forma de pedirle más y más fuerte era insertando mis uñas en su espalda. Él sobrereaccionaba penetrándome mucho más fuerte.

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Mis gemidos se intensificaban convirtiéndose prácticamente en gritos, y su respiración acelerada se concentraba en mi cuello; comenzó a moderme, dejando sus dientes durante unos segundos mientras yo gemía de placer y de dolor. Ambos estábamos muy sudados.

-Di...que eres....mi puta, dilo...Di que eres mi niña, mi niña mala…
-Soy…. tu puta… soy tu niña… tu niña mala… y me encanta que me hagas cosas sucias…- se lo dije casi perdida en mis propios gemidos, ya no tenía control de mí misma. Diciendo esto, comenzó a hacerlo mas fuerte y los gemidos se intensificaron: sus despojos se eliminaron totalmente y se volvió más animal de lo que ya era. Mi cuerpo daba arcadas muy intensas y mis piernas perdían el equilibrio, temblando.

Estaba muy sudada y excitada, y cuando susurró mi nombre conjunto a “eres mi puta” tomándome de la cabeza, no pude evitar llegar al orgasmo más intenso que haya podido tener. Apenas el acabó, posicionó su pene cerca de mi rostro y boca de tal forma que su semen tiñera mis labios.

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Una vez que terminamos, nos volteamos de forma tal que podíamos estar frente a frente. Estábamos respirando muy fuerte. Mis piernas temblaban bastante. Él notó el temblor y de inmediato interpuso su pierna entre las mías para darme más equilibrio. Cuando sucedió eso, vio mi cara (aún excitada, pero agotada) y la sumergió en su pecho, abrazándome.

-Eres mi niña, eres mi diosa. - me dio un beso en la frente, perdiéndonos en un abrazo infinito.

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PD: No participé en el concurso de @vicokiwi y @purapapita porque mi relato fue muy largo y tenía un motivo distinto, pero quiero animarlos a visitar el concurso y participar! Pueden entrar en este link y que lean las bases! Está muy interesante. ¡Gracias por motivarme a escribir!

G r a c i a s

p o r

l e e r !