Capitulo ll, ¨la vida de Grecia¨

M O N A C O

La vida es como un trago, debe aprender a saborearse, seleccionarse y compartirse.

Al llegar a Mónaco fue directo a descansar a un hotel cerca de la playa, estando ahí vio la vista y lo increíble que era estar ya fuera de casa, el clima que era perfecto para poder tomar una bebida, la nueva gente con su peculiar distintivo, la playa que alcanzaba la última orilla de sus ojos, fue increíble llegar hasta allá, pero agotador.
A la mañana siguiente como todos los días se paraba temprano para un desayuno, se bañó con la vista de aquella suite que le reposaba, se puso algo cómodo y salió a explorar el lugar, encontró en el camino casas muy distintas a las de su ciudad, gente y obras de arte que hacían los artesanos, en un momento a otro sin esperarlo choco con una chica que venía de la playa con su toalla en la mano con su mirada perdida chocando entre miradas perdidas y disculpas sin sentido pudieron al final verse a los ojos su nombre era Arumi ella era natal de Mónaco muy bonita de pelo café y ojos grises su piel era un bronce que brillaba por el sol era alta para aquellos hombres de Mónaco, Grecia también se presentó y ambas rieron y caminaron por la calle principal de Mónaco directo hacia los restaurantes de comida donde Arumi le dijo a Grecia que no se podía perder de comer aquella comida y postre típico de ahí ya que en absoluto eran diferentes a los de otros países y obvio solo se podía hacer el mejor ahí en Mónaco así que decidieron citarse más tarde en un restaurante cerca del hotel donde se hospedaba Grecia, fue su primer día en conocer a alguien que no sabía de ella que aprendía mas de las personas y con la cual se pudo sentir segura por supuesto pidieron: El espagueti a la Monegasca también es otro plato típico, la salsa monegasca consiste en tomates, queso, anchoas, aceitunas y especias también es de primer nivel el “Barbagium” es un tipo de empanada rellena con calabaza o espinaca, arroz, queso y puerro para agregarle más sabor.

Después de la larga noche platica decidieron ir a tomar unos tragos de ginebra a place des armes, un lugar donde hay muchas hortalizas en la zona y se puede disfrutar de una compañía grata, Grecia pudo compartir un poco de su vida que le había sucedido dentro de ella y como la había pasado después de querer viajar a Mónaco y por algunos otros lugares, Arumi conto algo que a Grecia pareció darle la completa discreción, Hace unos meses Arumi vivía con sus padres en los Alpes donde ella se encargaba de trabajar para su familia en el negocio familiar ella tuvo que escapar por que su padre quería que Arumi se convirtiera en el hijo que nunca tuvo entonces a ella le encargaban muchas cosas laboriosas y para ello también tareas, tal vez Arumi se encargaba de ello pero al final su padre era muy duro con ella, que al final se hartó de tanto estrés y con el corazón en la mano huyo a casa de su abuela en Mónaco donde ella era muy aceptada y recibida, su abuela ya grande 85 años le dijo Arumi que pronto tendría que hacer algo por ella y que en la vida a veces hay que ser egoístas ya que no siempre podrán estar para siempre así que Arumi también como Grecia anda en busca de algo aceptable para ser ella y algo que le brinde esa estabilidad que está buscando y obvio no quedo atrás la palabra “un hombre”, al ver Grecia que Arumi se ponía en sus zapatos y desenvolver todo con esas ganas y pasión esos ojos tan brillosos que tenía le dio la esperanza de poder aceptar a una amiga dentro de ella.

(esta imagen es de mi autoría, prestada por un amigo)

No todo el mundo está muy feliz y ellas estaban haciendo las cosas a su manera pero al final lo sabían, sabían que mantener esa felicidad era algo que ellas esperaban, terminaron de cenar y salieron directo al hotel de Grecia donde se quedaron a dormir juntas porque ya era tarde, Grecia tenía planeado estar unos días más ahí así que eso hizo, tomo tres días más en Mónaco para poder estar disfrutando y conociendo Arumi que la hizo una amiga dentro de los dedos contados que tiene, se divirtieron demasiado y algo increíble que ambas decidieron acompañarse al siguiente viaje así que Arumi se despidió de su abuela y le dijo que pronto la vería, tomaron sus maletas y juntas partieron a su segunda ciudad: París.