Pobre peón aspirando un trono,
diente por diente y ojo por ojo,
en busca de cobre encontraste oro,
yo no perdono, no perdono.

¿Quién soy? soy más que un alias,
soy más que una voz y una cara, tengo alma de pirata,
espíritu de poeta, real hasta las entrañas,
¡frito hasta las metras! ¡rayos y centellas!
se acerca una tormenta desde el sur del panorama,
soy la suma de experiencias recorridas, experticias dominadas,
aprendí de las coñazas de la vida.

Quedan un millón de hazañas por conquistar,
¿que no te voy a olvidar? dices pero es un error,
¿negra fina? ¡por favor! yo estoy en busca de más,
tú no eres más que una relato que contar, un mal trago que pasar.

Bucanero de alta mar tomando ron,
hijo de la tierra del tambor,
donde se sirven cebiches, arepas y pabellón,
la pequeña Venecia,
mi querida y bella tierra con herida abierta,
nos queda hacer de tripas corazón.

Les cuento que se acerca lo peor,
se vienen días grises para mi nación,
no sé sí será una maldición,
pero sé que fuimos olvidados por dios...

Pobre peón aspirando un trono,
diente por diente y ojo por ojo,
en busca de cobre encontraste oro,
yo no perdono, no perdono.

Se para donde voy y sé lo que sé me espera,
llegaré donde dios quiera, llegaré donde permita la corriente,
o hasta que la vela ya no rinda,
el casco se deforme y el mástil se reviente,
si un día pierdo el norte y traiciono mis razones,
sin brújula que oriente, ni sueño que apasione,
aunque en el puerto un barco este seguro,
no es lo que los barcos hacen,
moriré el día que no tenga aspiraciones.

Moriré el día que no tenga más aguardiente,
medicina para curar el dolor de mi gente,
los varoncitos se dicen las cosas a la cara,
si vas hablar de alguien hágalo de frente.

No le pienso huir a los problemas,
de poder podemos si lo que quieres es guerra,
tumbaré sus flotas, atracaré sus bahías,
tomaremos sus mujeres, nos haremos de sus tierras,
no le pienso huir a los problemas,
únete a mi causa, mi causa es la buena.

Somos caballeros de fortuna no niños afortunados,
hablan de la calle más la calle les aterra,
yo hablo de la calle pues la calle me ha enseñado,
si no han salido del nido al gallo no le busquen guerra,
sigan pensando que podrán alzar su bandera,
sin ganar una batalla, ni tesoro, ni frontera.

Soy el perro más perro de la jauría,
vi tu navío con el catalejo,
te haré caminar por la plancha marinero,
todo lo que ves es mío, todo lo que abarca el mar bravío,
fiero ventarrón de mal fario,
probaras el acero de mi espada malparido,
paseé por la cubierta y ya no estabas,
¿qué paso contigo?
si no arriesgas no pierdes, no... pero tampoco ganas.

Todos somos simplemente plomo,
el que más hace más yerma, la selva es del león,
venid como siervos a las fauces de los lobos,
cíñete a mis reglas sin dar oposición.

Pobre peón aspirando un trono,
diente por diente y ojo por ojo,
en busca de cobre encontraste oro,
yo no perdono, no perdono.

¿Quién soy? un mártir, un vencedor,
un caballo desbocado, un árbol, un ruiseñor,
voy a comerme el mundo de un bocado,
dedicado para aquel opositor al arte descerebrado.