Estéril suelo que lamenta
la partida de una serena.
Se va sin rumbo a la casona,
fachosa, linda y ponderosa.
Hábiles flores parlanchinas,
brillantes, pulcras y decididas,
son las criadoras de varios cuentos,
miserables que van adentro,
bajo la luna y su tutela incierta,
se mezclan todas en su laguna.
Yo veía a un hombre capaz,
hablando con la fantasía,
se rascaba sus cueros; ansioso,
marcando llagas muy leprosas.
El romance murió, eso es cierto.
la fantasía es inerme e invisible.
El hombre es torpe e inocente,
es terco no se redime.
Enfrenta todo tan soberbio,
hasta tropezarse con su opuesto.

Ilustración

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