Un alienígena vive en mi armario – Mi confesión

in #spanish7 years ago (edited)

Quizá sea una revelación un poco fuerte, sobre todo teniendo en cuenta que a la mayoría de vosotros no os conozco de nada y por tanto no tengo ninguna confianza como para contaros algo así. A pesar de todo he decidido abrirme a vosotros, asumiendo todas las consecuencias. Llevo ya demasiado tiempo viviendo con esto en secreto y ha llegado el momento de sacarlo a la luz.

He perdido la cuenta de cuanto tiempo lleva ese ser viviendo en mi casa, más concretamente en el armario de mi habitación. Al principio no pude dormir allí, así que traslade mi cama a la habitación más alejada. Una cuarto más ruidoso pero al fin y al cabo, un lugar en el que poder dormir sin la presencia del extraño visitante. Estuve penando seriamente en mudarme de casa, pero mi situación económica no me lo permitía, por lo que tuve que aprender a soportar tan peculiar forma de vida.

Hace unas semanas decidí volver a mi habitación original, ya que el ser extraterrestre que vive alojado entre mi ropa no hace el menor ruido y ha demostrado, con el tiempo, que no es ninguna amenaza para mí. De hecho, he llegado a la conclusión de que de alguna manera yo también soy una compañía para él. Quizá no podamos comunicarnos, pero nos sentimos uno cerca del otro.

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Fuente

Me llevó mi tiempo acostumbrarme a tan singular inquilino, y más aún a hablarle de él a mi mejor amigo. Estuve dándole vueltas al asunto largo y tendido, y finalmente me decidí a dar el paso, igual que hago hoy aquí, en Steemit, con vosotros.

Invité a mi amigo a comer un sábado, un día tranquilo en el que ninguno de los dos teníamos prisa. Disfrutamos de la comida mientras yo introducía el tema de conversación muy sutilmente. Hablamos sobre la fe, las creencias y los sucesos inexplicables de la vida. Al terminar el postre le desvelé mi secreto.

—Hay un ser extraterrestre viviendo en mi armario —le dije.

Él se echó a reír y mantuvo su mirada posada en mí esperando que yo hiciese lo propio, sin embargo yo permanecí serio, impasible, pensando en cómo proseguir sin que lo tomase a broma. Le hablé de mi experiencia con el alienígena, y de cómo era nuestra relación. También le dije que nunca salía del armario, por lo que no entendía cómo se alimentaba o de qué vivía. Él, tomando la situación un poco más en serio dejó de reír y me pidió ir a verlo. Yo le dije que le llevaría a la habitación encantado, pero que no podría verlo ya que era invisible. Mi amigo reaccionó con incredulidad, entornando ligeramente los ojos.

—Podré tocarle entonces— dijo.

Negué con la cabeza.

—Lo siento, ese ser es incorpóreo, no podrás tocarle.

—Podríamos utilizar una cámara infrarroja para poder verlo —insistió.

Pero le dije que no desprendía ni frío ni calor y que bajo la radiación infrarroja era indetectable. Entonces mi amigo se puso en pie, me miró con un gesto desafiante y me preguntó:

—¿Entonces cómo sabes que ese ser vive en tu armario?

Yo no tuve ni que pensarlo, lo tenía clarísimo. Llevaba meses compartiendo mi armario con aquel ser venido de otros mundos y sabía perfectamente que estaba allí, no había duda alguna.

—Simplemente lo sé —dije—. Es una sensación, una certeza que hay dentro de mí, tan real como tú. Una certeza que va más allá de cualquier razonamiento que pueda llevar a cabo. Tengo fe en el alienígena. ¿Acaso tú no lo sientes?

—No —respondió.

—Supongo que no todo el mundo puede sentirlo como lo siento yo. Pero no puedes dejar de creerme sólo porque tú no lo sientas. Te digo la verdad —confesé.

—Creo —dijo—, que ese ser no existe, que te lo estás inventando.

—Sólo por el hecho de que no tengas la capacidad de demostrar lo que te digo no es razón suficiente para pensar que no es cierto.

Mi amigo se sentó visiblemente abatido en el sofá, yo me senté a su lado esperando alguna señal de confianza en mí.

—Lo único que puedo deducir de tus palabras —me dijo—, es que algo no anda bien en tu cabeza.

—Me conoces bien, por eso he decidido contarte esto —dije—. Sólo te pido que abras un poco más tu mente y me creas. Ese alienígena vive aquí conmigo, créeme que es así.

Él agachó la cabeza y negó varias veces. Parecía decepcionado.

—De verdad que hago el esfuerzo —confesó—, pero por más que lo intento no puedo creerte.

—¿Y si te dijese que hay más gente con estos seres viviendo en sus armarios? —pregunté inspirado—. No te hablo de unos pocos, sino de cientos de miles. ¿Cambiaría esto tu manera de ver el asunto?

Mi amigo mi miró intrigado, frunciendo el ceño. Parecía que de alguna manera su atención estaba dispuesta a recibir nueva información.

—Todos nosotros no sentimos perturbados por tener conocimiento de un hecho del que no podemos extraer pruebas físicas —continué—, pero no somos unos lunáticos. Incluso hay quienes aseguran hacerle visto reflejado en un espejo, durante un instante y luego desaparecer —aseguré—. Otros hablan de sentir el frío tacto de su mano alrededor de la muñeca o de un brazo. Y algunos aseguran que escuchan lo que el ser tiene que decir en el interior de sus mentes. Sin embargo —continué—, parece ser que ninguno de estos hechos se revelan en presencia de los escépticos por alguna razón que desconocemos.

—Las aseveraciones inmunes a las refutaciones son completamente inútiles —dijo mi amigo con el gesto serio—. Me estás pidiendo un acto de fe.

—Llámalo como quieras. Lo que yo te pido es que creas en mí y en lo que te digo, en lo que vivo cada día, en lo que ya forma parte de mi vida.

—Esos casos que no se pueden probar delante de quienes no tienen un alienígena en su armario no son pruebas— aseguró—. De hecho serían evidencias fácilmente falsificables, ya que se basan únicamente en las declaraciones de quienes aseguran convivir con un extraterrestre.

—Quizás hayamos descubierto algo que viene teniendo lugar desde hace muchos años —añadí—, y que nadie hasta ahora había sido capaz de probar. Quizá todos esos casos de avistamiento OVNI y abducciones que se ha ido reportando durante años y años eran reales.

—Lo único que puedo decirte, querido amigo —me respondió con pesar—, es que permaneceré atento a posibles futuras pruebas del caso y al insólito hecho de que tantas personas sanas padezcan las mismas alucinaciones.

—Creo que sin fe nunca obtendrás las pruebas que tanto ansías —dije.

—Si compartiese tu fe, no me haría falta prueba alguna, ya que con la fe me bastaría.

Este relato está basado en un fragmento de un libro del grandioso y siempre elocuente Carl Sagan. Él plantea su ejemplo con un dragón que vive en su garaje. Me he servido de su genial idea para llevar a cabo mi particular visión de un pensamiento que ambos compartimos.

Y termino aquí citando al científico:

¿Qué diferencia hay entre un Dios que no es comprobable ni evidenciable y un Dios inexistente?

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Un post original de @trenz

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Los humanos somos tan ajenos a la total realidad que nos rodea. Conocemos un mínimo porcentaje de todo lo que existe en esta Tierra y en el Universo. Mi abuela era una de las que pensaba que había que ver para creer, pero yo no concuerdo con sus palabras, las invertí: Hay que creer para ver. No en el sentido de la fe, sino para saber hacia dónde tienes que mirar.
El tema no es que tengas que comprobar a Dios, tratar de hacerlo por medios humanos es un fracaso de la imaginación porque humaniza una fuerza que no se entiende y no tiene nada que ver con religiones o conceptos de bien o mal.
Hay algo que une al universo como una idea conjunta, la capacidad de expanderse, de crear. La idea de Dios en esta era es más científica que filosófica.
¡Estuvo muy genial tu relato!
¡Saludos!

Personalmente sí que creo que haya que comprobar las creencias comunes de la humanidad, ya que algunas son ciertas y otras no. Dios es un concepto bien definido, que en las últimas décadas está diluyéndose y para los creyentes ahora todo es dios. Lo llaman energía, amor, hermandad, etc. No estoy de acuerdo con eso. Cada concepto tiene su propio significado y una mesa no es amor ni energía, es una mesa.
Gracias por leer y comentar ;)

Me gusta este relato, @trenz
EL closet es un sitio favorito de las fantasías, pero aquí le has dado otro cariz.

El poder de la fe para hacer real una experiencia compartida, en este caso de Dios, es sorprendente y es un tema que este relato desarrolla muy bien, en mi humilde opinión; sin embargo, creo apreciar un motivo diferente, tal vez tan universal como la fe. Si más, si menos, no lo sé; aunque sí más psíquico y menos mágico: el secreto.

El closet es ideal para esconder a conveniencia la intimidad de la vista de los curiosos. Los alienígenas, cuales esqueletos de la sabiduría popular, cuales arquetípicas sombras, cuales dioses son reales aunque no se puedan tocar, tan reales como los pecados que --dicen los creyentes-- se lavan luego de la voluntaria confesión y alguna penitencia.

¡Saludos!

Es que en realidad la fe no es más que un ejercicio mental personal que nos hace transformar la realidad, pero la transforma sólo para la propia mente, no transforma en absoluto la realidad exterior, la cual permanece inalterable.

La fe tiene el cuello fino; peligra bajo la navaja de Ockham.
No soy atea, pero sí agnóstica. Callo para no ofender.

Por favor, qué frase tan lúcida y exquisita! me ha encantado!
Yo también callo para no ofender, pero este artículo es consecuencia de esa constante represión.

Leyendo el relato me han venido a la cabeza varias cosas: lo primero que he pensado es que en mi casa debe haber alguien en la nevera, porque hace unos ruidos cada dos por tres que me encogen el alma.
Y lo segundo, me he acordado de una conversación que tuve con una niña que cuidaba hace unos años que me dijo convencidísima que las hadas sí existían y que sólo había que creer en ellas para verlas. Desde ese día creo en las hadas. Me convenció.

Las neveras son un tema aparte, dignas incluso de un artículo al respecto. También he tnido experiencias varias con los extraños sonidos que emiten aveces.

Respecto a qué creer, como has dicho, depende de lo que nosotros queramos.

Gracias por leer ;)

¡Las hadas son fantásticas!

Te leo y mi cabeza se pone a filosofar a 1000 por hora. Si todos creyeran (aunque sea solo por una cuestión de fe) en ese ser extraterrestre entonces estarían dándole existencia por más que haya sido todo alucinación o mentira. Incomprobable es que no haya pasado eso con cada una de las religiones que adoctrinaron al ser humano por miles de años (Está claro que ahí apunta principalmente nuestro querido Carl Sagan). Pero voy más lejos aún, ¿Qué diferencia tiene el ser extraterrestre del cuento con el Bitcoin, SDB, etc? Incluso con el Dolar Estadounidense. Claramente estamos todos en esta plataforma porque creemos en este sistema y que nosotros creamos y tengamos fe en esto, es lo que hace que Steemit siga creciendo cada vez más. Basta con que unos pocos dejen de creer y se hagan a un lado para que todo el sistema colapse. Entonces, ¿Creemos en cosas que existen o como creemos en cosas (y les ponemos un nombre) le damos existencia?.

“El lenguaje ha creado al hombre, más que el hombre al lenguaje” —Jaques Monod—

Gracias por impulsarme a seguir creyendo.
Nos leemos pronto.
Saludos!

En realidad, aunque el Bitcoin no sea más que un concepto, Podemos convertir ese concepto en euros que luego podemos convertir en comida que nos dan la oportunidad de no morir y seguir viviendo. Ahí está su realidad. Tengo Bitconis, luego puedo extender mi vida convirtiéndolos en comida. Si tengo fe en dios, eso sólo se queda en mi mente, no puedes convertir ese concepto en comida o en ropa o en nada que cambie tu realidad física.

Gracias por leer ;)

Jajajaja, puede ser! También es cierto que podes convertir el bitcoin en euro porque mucha gente tiene fe en el. Si así no fuera nadie te daría euros por una sumatoria de unos y ceros. Creo que cada uno pone su fe donde necesita, si tus necesidades son materiales las cryptomonedas quizás sean un buen lugar donde depositar tu fe. Si tus necesidades son más existenciales o espirituales quizás vayas en busca de alguna religión o conocimiento divino, depositando tu fe ahí a cambio de paz interior o lo que sea. Por otro lado, vuelvo a decir que lo que crees lo creas, si crees que tu fe en dios puede generarte ingresos materiales para poder seguir viviendo y no morir de hambre entonces sucederá (basta con ver a nuestros amigos los mormones jajajajajaja) Saludos!

Es un interesante punto de vista el tuyo, pero no lo comparto, aunque lo respeto ;)
Deberías escribir un artículo al respecto de que la fe puede crear ;)

Buena idea. Lo voy a tener en cuenta. Por lo pronto hoy viajo a Paysandú Uruguay, para la fiesta de la Cerveza. Asi que no me va a quedar otra poción que probar las cervezas y hablar sobre eso. Jajajaja

Tómate una a mi salud ;)

Dalo por hecho!

La eterna lucha entre la verdad y la fe, las ciencias y la creencia... Que genial que te haya inspirado Sagan, él es uno de los mejores. Un abrazo grandisimo, que relato tan genial.

Gracias. Mi intención era agitar algunas mentes, pero creo que no cumplió su función ;p

Al leerte me transmuté a esa escena con ese amigo, me sentí por un momento como si estuviera leyendo a J.J. Benitez y sus libros los caballos de Troya. Interesante la percepció que tienes de Dios, si es que este existe, tal como lo planteaste en el relato.

Creéme que pensé que tu relato era influencia por el escritor Benitez hasta que nombraste a Carl Seagan, hermano excelente relato, y originalidad impresionante.

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PD: en la última cita que colocaste es entre tu colocaste ente.

Quería hacer divertida y sutil mi visión de Dios para no levantar ampollas ente los lectores ;)

Muchísimas gracias por el apunte tipográfico. Me salvaste.

Lo bueno es que a el no le han soplado cerca del oído susurrado voces juntas por las noches o peor aun alguien llamando a su nombre!!!

Jajaja, cierto!

Me encantó tu relato. Tener la certeza de que hay algo en alguna parte sin poder verlo o comprobarlo de alguna manera es algo muy humano.

Sí, pero no es más que una fantasía ;)

Bueno, aliens hay, por montones e invisibles en su mayoría! Pero sí, hay que aprender a verlos, tienen cuerpos un tanto... ¿antimateria? Me gustó mucho cómo lo abordaste Trenz. Saludos.

Muchas gracias. Pero te refieres a que hay seres vivos en otros planetas o a que hay seres alienígenas aquí, en la Tierra?

Aquí en la tierra y fuera de ella también. Lo importante es descubrir cómo verlos y además saber que están entre nosotros. El ser humano ignora todas las cosas que el universo tiene para ofrecernos; sólo algunos pocos están dispuestos a ver.

Experiencias, mmm, he tenido algo parecido. La mayoría de las cosas que sé las he leído, pero; parte fe, y parte cierta etapa de mi vida donde sucedieron un par de cosas interesantes. Si tuviese que decir si vi un alien, no, no lo he visto, no con estos ojos. Conozco a quienes sí lo han hecho, una amiga, por así decirlo. Creo que yo sólo siento que están por allí.

¿Cómo sabes esto de lo que hablas? ¿Has tenido alguna experiencia al respecto?

me ha fascinado en gran manera esta publicación tuya, la mejor para mí; la fe es individualista o muchas veces compartida no lo sé, pero cada ser humano decide en qué creer o no, queda de parte de nosotros tomarlo por loco o por optimista.

Toda la razón. Las creencias son sólo nuestras, y si te das cuenta, son las que marcan las diferencias entre un bando y otro. Solemos agruparnos por creencias, lo cual es sumamente interesante.
Un saludo.

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