Otra derrota para la izquierda

in #spanish5 years ago (edited)
Yo soy una persona con principios muy claros: toda derrota de la izquierda hay que celebrarla. Internacionalmente la izquierda está estancada y desembarazada de la clase baja, apuntando ahora hacia la clase media donde es fácil conseguir masa imbécil que se traguen los fluidos del coño seco y pútrido de la ideología de género y de la lucha de clases, acusando a cualquiera que sea contrario de nazi o de fascista. Esto último ha sido un tiro que se ha escapado por la culata, ya sea porque en España, de tanto tener al cadáver de Franco presente, este se les ha levantado como un zombi comiéndose así a Andalucía. Bueno, tampoco hay que ser tan exagerados, aún esta parte de España no ha sido destruida como tampoco ha ocurrido con Estados Unidos después de la victoria de Donald Trump, en donde ha habido un crecimiento en los empleos. Esa misma egolatría de gente blanca y clase media, o simples y tontos millenials arrastrados por una vorágine ideológica es lo que ha convertido a la izquierda en un movimiento conservador, esgrimiendo sobre el mundo del entretenimiento los mismos argumentos que en los años 90's los grupos conservadores en todo el mundo esgrimían sobre la falsa relación entre la violencia y los juegos de vídeo.

Quizá por eso tenemos y pertenecemos a una generación de pusilánimes que se escandalizan con "Lolita" de Nabokov, pero que en redes sociales comparten y celebran sus daddy issues, y que mucho menos han pasado por alguna lectura del Marqués de Sade. Quizá por ello sea que la derecha aprovecha estas debilidades para ganar la guerra estética y sexual ofreciendo libertades, mientras un grupo de insulsos se debaten en cómo segregar a los blancos, a los negros, a los latinos, a los homosexuales y a las mujeres en «espacios seguros para cada uno».

Tampoco es que apoye a todo candidato o presidente que se presente a sí mismo como de derechas. Mi problema con las "derechas" es cuando sus medidas "neoliberales" terminan siendo medidas conservadoras y mercantilistas. En el caso de Duque, Colombia; y Macri, en Argentina, país que al menos se salvó de la crisis chavista, pero quedó como una tierra de frustraciones. Pero que en el caso de Colombia, llamar a Duque Neoliberal es mostrar un profundo desconocimiento. Neoliberal habría sido bajar o eliminar los impuestos en vez de subirlos, y encargarse de no sé: mayor inversión de las empresas privadas en vez de seguir alimentando a oligarquía uribista.

Ayer en Twitter pude leer cómo algunas personas se escandalizaban con los resultados en Andalucia, en donde además fueron derrotados los separatistas y los lameculos del castro-chavismo, que por casualidad podrían ser un mal igual o superior al del franquismo actual.

Creo que la «ola de fascismo» se ve alimentada, no sé, por el discurso de la izquierda; ya saben, humillar y vilipendiar a todo el mundo no es algo que se arregle con un taller de lenguaje inclusivo.

En Venezuela, funciona insultar y humillar a cualquiera que siga siendo chavista porque no hay forma de revivir al chavismo, pero tampoco a la oposición oficial. Esto no significa que todos en Venezuela sean de derecha, y mucho menos libertarios, que miren que hay bastante cateto perejimenista; también pueden ser completamente socialistas los venezolanos. Pero el que está harto porque sufrió o sigue sufriendo en carne propia las mieles del comunismo que ningún millenial desea probar —ni antes que ellos, los filósofos de la teoría crítica— le vayan a Ciudadanos o a Vox. Al último partido lo condenaban por estar en contra de esa idea de la «violencia de género». Tema que se puede debatir, no obstante, eso no convierte ni al partido ni a sus votantes en machistas.

En estos tiempos es más común que la gente pobre y marginada apoye a la derecha porque el discurso de izquierdas no lo entienden los de los barrios. Todo el discurso y la pantomima de diversidad de género, los vilipendios contra la clase trabajadora, etcétera, no han hecho más que lastimar la ideología.

Uno ve cómo Twitter se llenó de súbito de discursos deconstructivistas y plagados de búsquedas de igualdades y labia marxista. Pero incluso entre los viejos marxos más ortodoxos hay bastantes cretinos que odian a los homosexuales y los derechos de estos.

La juventud puede tomar la batuta. ¿Pero a cuánta gente joven realmente le interesa votar? El discurso apunta a que «se está perdiendo algo» en cualquier espectro del binomio, pero como no es real lo que se «perderá» por ello no hay interés. El voto castigo gana.

Creo que para gente como Pablo Iglesias es inviable gobernar a un país al cual él odia.

 


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Mientras tanto en México ;) .... el problema de la derecha es esto y aquello y de la izquierda eso otro, el problema con Venezuela y el chavismo y con Bolsonaro y Trump y Evo Morales, socialista que no desembocó ni en una Cuba o una Venezuela. Al final el marxismo se volvió más cultural que político y el capitalismo se volvió más teórico que el marxismo y depende por completo del welfare (un socialismo diluido en la historia) para que la gente se lo trague. Por mucho que pataleen los fachos se asoma el colectivismo por todos lados y aunque pataleen los chairos, los derechos individuales se asoman también. Burlas en cualquier direccion para evitar el esfuerzo por los argumentos y la búsqueda de una perspectiva consistente.

Hola @seifiro. Mira este mensaje que aparece en https://steemworld.org/@seifiro "Se ha iniciado un apagado para su cuenta.
¡Si no lo empezaste tú mismo, debes actuar ahora!"

Vaya, no sé qué sea.

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