Queridos lectores, en esta ocasión les comentaré un poco como esta receta que es propia de la influencia española, de conventos y monjitas que se dedicaron al horneado de masas y postres; me sirvió por mucho tiempo para guardar un secreto que ya no puedo ocultar más y me veo en la obligación de revelarlo.

Tengo una amiga, que comparte conmigo la motivación por la cocina y es muy especial, no le gustan ¡las cebollas!.. Así que un día, llevé mis molinillos horneados a la universidad, mi amiga los probó y quedó encantada, se los comió todo; sin queja alguna y sin saber que en el relleno había más cantidad de cebollas, de las que hubiese podido sacar de su plato de ensaladas.

Katy, así se llama mi amiga; siempre me perseguía para que le diera la receta y simplemente “yo” que he sido despistada y olvidadiza toda la “mía vida” en esta ocasión muy conveniente por supuesto “olvidaba copiársela”.

Las cebollas son sumamente nutritivas y solo guardé el secreto para aportar un poquito en su nutrición. Bueno, no me justifico más; sin embargo es importante mencionar que son muchas las bondades de su consumo nutricional como: la vitamina C, B3, B6 y B9.

¡Por favor amiguita, perdóname en ésta ocasión y aquí está tu receta, por fin!

Estos molinillos de masa lista y rellenos con espinacas, son ideales para las meriendas o desayunos.

No se hable más y ¡Vamos pues… Con la receta!