Resulta difícil recordar cuando fue la última vez que vi una serie de terror que fuera de mi agrado. Shows como American Horror Story, The Strain y Castle Rock prometieron más con su publicidad que con su producto final. Ninguna lograba colmar mis expectativas. Habían otras excelentes series que tanteaban el terror, pero que no las consideraba totalmente perteneciente a este género, como es el caso de Penny Dreadful, Twin Peaks! o Hannibal. Ya llegaba a creer que el género de terror no era un género que podía cumplir en el formato televisivo, pero de la nada llegó The Haunting Of Hill House, y a lo largo de diez episodios me fue demostrado que no solo el terror podía funcionar en la Tv, sino que de ahora en adelante toda serie del mismo género va a sufrir en comparación con el show de Netflix.

The Haunting Of Hill House se centra en la familia Crain, y las secuelas y traumas que les dejó el haber perdido a su madre durante el verano de su niñez en el que vivieron en una casa embrujada.

Como las mejores películas, lo que hace que esta serie sobresalga de buena manera, no es solo los momentos de terror, sino las historias de todos los integrantes de la familia. Personajes muy bien escritos y tridimensionales que son personificados por un elenco que les viene perfecto a cada uno. Sin duda no hay ni uno solo que sobresalga de mala manera, hay un balance manejado por el director que hacen que todos tengan su momento de brillo. De los diez episodios hay por lo menos un capítulo dedicado a cada personaje, permitiéndonos de esta manera conocerlos mejor, hasta el punto de que nos sentimos preocupados por cada uno de ellos.

Mike Flanagan es el creador y director de cada episodio de esta serie. Él es el que lleva la batuta y el que hace posible el balance entre historia-terror-personajes. Si han visto las películas que ha realizado en los últimos años (Hush; Gerald's Game; Quija: Origin of Evil) ya deben de conocer lo diestro que es para manejar el género de terror. En sus películas tomaba historias un poco genéricas que en manos de otros seguramente resultarían en un fracaso, y las transformaba en respetables filmes del género.

Con The Haunting Of Hill House, siento que por primera vez la historia está a la altura de Flanagan, y los dos resultan muy bien beneficiados. Esta es una de esas raras series en el que ningún solo episodio resulta innecesario o se siente como obligación de un contrato de números de capítulos. Cada uno es esencial para la historia, y gracias al talento del director todos resultan en una tensión increíble, tensión que pensé que no sería posible mantener durante casi diez horas, pero él lo logra, utilizando todos los trucos audiovisuales y respaldados por ese increíble elenco (adultos y niños) ya mencionado. Causar miedo repentino con un sonido o un corte es fácil, pero mantener esa tensión terrorífica sin quebrarla es digno de aplaudir, y es que el director sabe que es más efectivo utilizar la propia imaginación del espectador que recurrir a los efectos especiales para lograrlo. La serie está llena de grandes secuencias que pudieran ser estudiadas en como hacer terror.

Este show recuerda a grandes películas del género como son Los Otros, El Conjuro, y El Resplandor, por nombrar solo algunas. Es una mezcla entre el terror sobrenatural y el terrenal, donde al final los mayores monstruos resultan ser del propio ser humano, con la ayuda por supuesto de lo desconocido.

Anteriormente mencioné como Mike Flanagan elevaba el material con el que trabajaba, y tengo que destacar que su próxima película es la secuela de El Resplandor basada en el libro Doctor Sleep de Stephen King. Personalmente no lo he leído, pero tengo grandes esperanzas que con ese pedigrí Flanagan pueda hacer algo tan increíble como The Haunting Of Hill House.