Perdido en la isla extraña. Parte 6
Ya lo sabia, lo presentía. En esta Isla venían sucediendo cosas muy extrañas además de la rareza que ya en sí contenía.
Creo que el hecho de haberme topado con un sobreviviente que haya conocido la historia de lo que había ocurrido en este lugar, me espantaba.
Ahora imaginen que ustedes son los que están en este lugar, perdidos, sin saber de sus familias, sin comida, sobreviviendo con lo que se encuentre en el camino, con extraños animales por todos lados, que de la nada empieces a descubrir cosas misteriosas, que resulte que en aquella cueva tenebrosa en la que te has sentido valiente por entrar y descubrir que pasa en ella, haya un sobreviviente y él sea quien te cuente la historia de la tragedia que sucedió en la Isla.
Pues yo me sentía como una gallina temblorosa, como les decía, tanta experiencia en tantos destinos aún no me daban la firmeza en las piernas para seguir de pie con valentía, aunque me obligaba a hacerlo, ya que esta era la manera de sobrevivir en días de batallas.
-Estos 3 sobrevivientes murieron por razones desconocidas, el ultimo en vivir de los tres, finalizo las talladuras en el final de la cueva, esta es la peor parte de todas- Dijo el hombre.
-Justo ahora me siento viviendo una película de terror, siendo el protagonista- Dije con la voz ronca de tanto silencio que guardaba al escuchar.
-El ultimo de ellos, dejo tallado como murieron estos dos hombres que habían sobrevivido a la masacre, interpretando los símbolos, trataba de comunicar que habían bestias, animales o puedo creer que eran personas caníbales que arrancaron a pedazos la piel de estos hombres, haciendo un mar de sangre en el suelo.
Este hombre en la simbología que expresaba, decía tener mucho miedo, siendo el único que quedaba en el lugar estando escondido; Presumo que el se mantuvo en la cueva hasta morir, no volví a encontrar nada más entre las piedras así que esta fue mi conclusión- Dijo el hombre haciendo fin a la historia.
-¿Cual es el peligro del que tanto me alertas- Pregunte.
El hombre se mantuvo en silencio y empezó a caminar nuevamente, preguntándome en donde me encontraba pasando la noche, lo lleve hasta el lugar y se sentó en la arena pidiéndome que yo también lo hiciera.
Mañana será otro día, solo puedo decirte que estas a salvo teniendo tu bote aquí, no inventes en las noches, no andes recorriendo ni buscando lo que no se te ha perdido, tú experiencia en este lugar te dirá por que... Haz tenido suerte por encontrarme y ahora sabes la historia de la desgracia que hubo en esta Isla.
El hombre se dio una vuelta durmiendo en la arena, y ahí me quede yo, sentado a su lado, pensando y analizando cada cosa que me dijo, con gran desconfianza en el lugar. A la hora me quede dormido, entre la inquietud y la zozobra, entre la paz de soñar con casa y el miedo de la pesadilla en la que se convertía aquella realidad que estaba viviendo.
A la mañana siguiente desperté sintiendo un olor a humo, entre dormido y despierto hubiese podido creer que estaba en una parrillada, pero la verdad es que no, continuaba en la Isla del Terror, como empezaba a llamarla ahora.
Desperté y note que el hombre tenia una fogata encendida a un poco de distancia de donde yo me encontraba, pase mis manos por el rostro sacudiendo la arena que estorbaba, di un bostezo como si hubiese dormido en mi cama, estirando los brazos y decidí ponerme de pie, caminando hacia él; El hombre había lavado su rostro, y ahora hasta podía creer que lo conocía, me recordaba mucho a alguien, pero la cabeza no me daba para descifrar a quien pudiese parecerse.
Habían unos peces asándose en una plancha metálica que este hombre había creado, al ver esto, sentí que comería tan delicioso como nunca antes en mi vida, pues llevaba días sobreviviendo con frutas, hierbas y agua.
-Aquí tienes- Dijo el hombre con frialdad, dándome uno de esos pescados de gran tamaño para devorarlo. -Ahora pienso en devorar- Dije riendo dentro de mí-_
Veía como en tan solo cuestión de segundos este hombre resolvía cada problema como el nativo conocedor y sobreviviente de la isla, conociendo cada maña, cada truco e incluso cada ruta alterna para evitar los peligros del lugar.
Esta tarde nos adentraremos en la isla, debes conocer bien tu nueva casa. -Riendo de manera fría-
Por cierto ¿Cual es tu nombre? -Pregunta el hombre-
Yo empece a empacar aquel bolso de mano que había encontrado en la guantera del bote, pedí su sugerencia y metí en el lo que creímos necesario, al menos tener para hacer fuego y una navaja nos ayudarían mucho. Agregamos una linterna, recordando que la cámara continuaba con nosotros, guardándola de igual forma.
Terminamos de comer y empezamos a preparar cada pequeña cosa que se nos hiciera necesario, yo la verdad no tenia ni la mina idea de a que nos podíamos estar enfrentando, manteniendome completamente de expectativas, con miedos e incertidumbres con cada paso que daba.
Luego de tener todo listo, o al menos considerando lo esencial para solventar cualquier situación que se presentará, empece a caminar con el.
Sus pies iban descalzos al igual que los míos, a diferencia que los suyos demostraban claramente su estado de sobrevivencia, tenia cortadas y pequeñas cicatrices. Seguimos caminando, mientras el me iba contando anécdotas de sus primeros días en este lugar, explicándome los peligros y por lo contrario los beneficios que nos ofrecía el estar aquí, quiso abrirse conmigo, intentando ser amigable.
Solo escuchándolo me hacia sentir familiar, tan conocido, pero aún seguía sin coincidir con aquella idea que se mantenía en mi cabeza mientras lo veía.
Mientras caminábamos entre piedras, arboles doblados, rocas, mucha tierra y lodo, el señala hacia un lugar especifico, diciendo -Hay que llegar hasta allá-
Cuando entramos allí empezamos a dirigirnos hacia el fondo de aquellas enredaderas de raíces enormes, habían tantos arboles y matas, que el sol no penetraba con tanta fuerza, podría jurar que parecía estar escondiéndose, lo que le daba una sensación de suspenso.
El hombre me dijo con un tono bastante serio -No te sorprendas con lo que verás, quiero que sepas que no he mentido con la historia que te he estado contando-
Fue allí cuando empezamos a llegar a una pequeña bajada de tierra y encontramos un millón de huesos y cráneos en el suelo. Habían gusanos. -Si detallabas al acercarte los notarias, un hedor espeluznante-
Me gusta la musicalidad con la que narras tu historia. Espero la continuación!
Muchas gracias.. Pronto llega. Saludos Miguel.
Muy bien amiga las fotografías son excelentes eso complementa tu trabajo.