Suricatas

Estos simpáticos animalitos son originarias del continente africano, siendo sus hábitats naturales los desiertos y sabanas secas que se encuentran en Sudáfrica, Namibia, Botswana y el suroeste de Angola.

Estos pequeños mamíferos son muy sociables y generalmente viven en grupos compuestos por dos o tres familias (pueden tener 40 miembros) y cuyo líder es una hembra. Son animales de hábitos diurnos.

Están muy organizados y cada miembro desempeña un papel dentro de la comunidad que ayuda a la supervivencia del grupo.

Viven en madrigueras (con varias salidas al exterior) que ellos mismos construyen y que tienen una intrincada red de túneles que conducen a las cámaras (comunicadas entre sí) donde se refugian cuando se sienten amenazados por un depredador o durante las lluvias.

Uno de los miembros del grupo actúa como centinela, ya sea durante el día mientras realiza sus actividades o durante la noche, cuando el resto de los miembros descansan. Su función es monitorear y dar aviso en caso de estar en presencia de una amenaza. Este centinela está en un lugar alto de pie sobre sus patas traseras para controlar todo el territorio. Cuando detecta una amenaza, emite un sonido agudo para advertir al grupo que se refugie en las cámaras de la madriguera; las crías van automáticamente debajo de la falda de su madre, siguiéndola muy de cerca mientras los guían a las madrigueras

Llevan a cabo sus actividades durante el día y mientras algunos miembros del grupo cuidan a los jóvenes, otros salen a buscar comida.

Los miembros más jóvenes aprovechan las horas de descanso para jugar, simular peleas, practicar cavar madrigueras e intentar imitar el comportamiento de los miembros más grandes.

Son animales extremadamente protectores de su descendencia y hemos visto en más de un documental a una madre frente a las serpientes o parada entre las aves rapaces y sus crías cuando intentan atraparlas.