Excelente artículo, lo más importante es que capturaste la atención de mucha gente, te han comentado en cantidad; el mensaje se propaga. Te felicito, hacen falta más iniciativas como la que has tenido; Seamos agentes de cambio y propiciemos el diálogo, la reflexión y el pensamiento crítico sobre estos y otros temas fundamentales, es importante que las generaciones de relevo comiencen a desde temprano a poner más atención a estas cosas. Pienso que hace falta iniciativas gubernamentales que propaguen el mensaje de manera sostenida en el tiempo y no de manera intermitente como normalmente ocurre. Respecto a lo que dices, te cito, "el tercer mundo no tiene recursos para aplicarlos y la gente tiene otras cosas en la cabeza como su propia supervivencia", suena a justificar lo injustificable, los gobernantes tienen la obligación de velar por los intereses de la nación y de sus habitantes, sí esto no sucede, ya es un asunto de mala conciencia, de dejo, de vicio, de mediocridad, de decadencia social y cultural. Los políticos se gastan millones de dolares haciendo propaganda de sus "obras y logros" o haciendo sus promociones electorales (más basura y contaminación) para convencer a la gente con espejismos, pero destinan mucho menos para políticas y campañas más nobles, por ejemplo de las que hablen de la conservación medioambiental. Muchos "políticos y legisladores" se vuelven complacientes con las grandes corporaciones a al momento de crear o modificar leyes, claro, se vuelven tal cosa despues de haber sido comprados. Para esbozar mejor lo que trato de decir; "Pablo Pérez" Un individuo de escasos recursos, absorbido por los rigores propios de la austeridad y la escasez, recibe de un desconocido unas papas fritas que vienen empaquetadas en una bolsa plástica, éste se encuentra en una playa, al lado de un bote de basura, pero decide tirar el desperdicio a la arena. Eso sucedió porque Pablo Pérez no fue educado, no fue confrontado por la sociedad, peor, él es la consecuencia, el reflejo de una sociedad decadente, incluso, los gobernantes del país donde vive Pablo Pérez son tanto responsables como consecuencia del mal. Los gobernantes están obligados, primero, a pensar y desarrollar políticas en función del bien colectivo, incluyendo a la naturaleza que forma parte del todo de una nación. Quizás Pablo Pérez escuchó algo una vez, acerca de no contaminar, pero rápidamente lo olvidó pues la gente de su entorno nunca le ha mostrado con el buen ejemplo cómo deberían ser las cosas. Para que una idea se implante en el imaginario colectivo requiere un esfuerzo sostenido en el tiempo, es allí cuando el papel de los gobiernos crucial en la promoción de los temas de conservación de la naturaleza. No es una cuestión tanto de dinero sino de intención política, de conciencia, de amor por el prójimo. Sí las personas que ocupan los espacios de poder, esas que tienen el poder de influenciar a las masas, no actúan en pro del cuidado, del medio ambiente, de forma coherente y prolongada en el tiempo, poco se puede lograr. Que un país tenga graves problemas socio-económicos no justifica que descuide un tema tan fundamental como lo es el cuidado del planeta, de la naturaleza, que al final es el espacio en el que vivimos y nos movemos, donde existe y se sustenta la humanidad tal como la conocemos. Si acabamos con la naturaleza acabamos con el Hombre, no es más que un autoatentado. Saludos!