HAY UNA VOLUNTAD DE DIOS EN MI VIDA

Un saludo Dominguero para todos los amigos Steemits…
Hoy Domingo es dia del Señor, dia de dar gracias al Padre por los beneficios recibidos y los que aun no recibimos, pero que sabemos que pronto llegaran a nuestra vida.
El Evangelio de hoy, trata de la Transfiguración de Jesús, en el monte Tabor. (Mc 9,7 Biblia Latinoamericana); allí, en frente de sus hermanos, los Apóstoles Pedro, Santiago y Juan; Jesús sube a la montaña del Tabor y se manifiesta en Él la Transfiguración; sus amigos lo ven en medio de una incandescente luz, era su alma, y junto a Jesús, aparecen Elias y Moisés, profetas del Antiguo Testamento… No se hace esperar la voz de Dios que decía: ¡Este es mi Hijo amado; escúchenlo!
Hago esta introducción porque de verdad, como cristiana católica practicante, muchas veces nos agobiamos y queremos estar en todas partes, hacemos de nuestras vidas un caos, cuando podemos mantenernos tranquilos y dejar que la tempestad pase.
Todos sabemos que Jesús, es el Hijo de Dios hecho hombre, su hijo amado, que se entrego por nosotros en la Cruz y se hace mostrar en el fenómeno de la Transfiguración para darnos a entender cuanto nos ama…
El tema que titula mi publicación de hoy, es HAY UNA VOLUNTAD DE DIOS EN MI VIDA, diran ustedes, ¿Por qué ese tema que no trata del Evangelio?... bueno, para mi tiene mucho significado puesto que, en la homilía, el Padre Salvador (asi se llama nuestro Parroco de San Luis Rey), hace referencia a un joven que todos los jueves iba a la Iglesia y se arrodillaba delante del Sagrario horas y horas, sin decir palabra alguna…
Veo que el joven estaba en Oracion Contemplativa y por ende transfigurado en su alma a Jesus; ahí le entregaba todas sus dificultades y agradece por los días soleados; es decir, por los beneficios obtenidos…
Luego de terminar la Santa Eucaristía, fui al Monumento del Sagrario, donde vive nuestro Señor Jesús y también agradecí a Él, del mismo modo, le deje tantos pesares que estamos viviendo en el mundo y en mi Patria Venezuela.
Espero que este tema les agrade y les llene de regocijo y reflexión…
Hay una voluntad de Dios en mi vida…
Observaba ayer a un joven arrodillado en la capilla del Santísimo. Permaneció inmóvil, en oración profunda, más de media hora. Durante todo este tiempo sus manos iban unidas al corazón y la mirada fija en el Sagrario en serena meditación; la quietud del cuerpo hacía evidente que su corazón buscaba unirse al corazón de Dios.

Cuando alguien fija su mirada en el Dios amoroso siente la necesidad de sumergirse en su voluntad de Padre; no lo importa caminar por los caminos a veces sinuosos por los que Él avanza; permanece en el lugar dónde Él desea llevarle; es capaz de transformar su vida en un «hágase» sin contemplaciones.
A pesar de lo mucho que cuesta lograrlo, lo importante de la vida junto al amor es hacer siempre la voluntad de Dios porque con ello se alcanza la única verdad que guía, sostiene, que da aliento, que alimenta… Desde esta realidad cualquier tipo de desasosiego, inquietud, pesadumbre, desazón o angustia se relativiza.
Si a Dios tengo el privilegio de llamarle Padre porque Él nos adopta en su familia y nos convierte en coherederos del reino con su hijo Jesucristo, cuando desea algo de mí —y siempre es porque eso me conviene— ¡cómo voy a negarle su petición o dejar de obedecerle!
Cuando sigues la voluntad divina, por muy difíciles que sean las pruebas de la vida, y aceptas la gracia de su amor no puedes dejar de buscar Su voluntad, sometiendo la tuya a la suya.
Hay una voluntad de Dios en mi vida. Si existe, ¡cómo no amar esa voluntad con todo el corazón y con toda el alma!
¡Señor, que mis caminos sean solo buscar tu voluntad y cumplirla siempre! ¡Señor, que mi deseo sea siempre tener una plena comunión contigo! ¡Quiero amar lo que tu amas, querer lo que tu quieres, desear lo que tu deseas! ¡Quiero, Señor , morir a tu voluntad! ¡Quiero que se haga siempre tu voluntad! ¡Que cada momento de mi vida, Señor sea amarte con el corazón abierto, en espíritu y en verdad! ¡Quiero, Señor, que la pobreza de mi voluntad sea una a la grandeza de tu voluntad! ¡Pero, Señor, muéstrame tus caminos para que pueda recorrerlos junto a ti sin quejarme! ¡Que se haga siempre tu voluntad y no la mía; que sea digno de tu mirada, de tu amor y de tu gracia! ¡No permitas, Señor, que alimente solo mis sueños ni que me preocupe por el devenir de la vida; no permitas que me desvíe del camino marcado; no permitas que renuncie a la verdad; no permitas que entre en la senda de la desobediencia… permite solo que me ajuste a tu voluntad y que esa voluntad la ame profundamente!
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